Luis Alfonso Castillo presentó su libro “Me atreví a soñar sin ver” en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana en Boca del Río.
El libro relata las vivencias y adversidades que enfrentó después de haber perdido la vista a muy temprana edad sin que eso haya significado un obstáculo para poder realizar sus sueños.
Luis Alfonso es egresado de la facultad de comunicación de la UV en la generación 87-91, siendo el primer y único estudiante con ceguera dentro de la facultad.
Menciona que desde pequeño padecía problemas de miopía, quedando ciego del ojo izquierdo a la edad de 8 años; diez años después, a los 18, perdió la vista del ojo derecho.
“Fue un proceso muy duro porque caí en una depresión donde tuve el ánimo de quitarme la vida”, expresó.
Recordó una experiencia que lo llevó a revalorizar su vida mientras escuchaba la radio, pues mencionaron la historia de un niño de 11 años que pedía una silla de ruedas para poder terminar la escuela primaria, ya que solo le quedaban 6 meses de vida.
“Eso me impacto muchísimo, porque yo estoy ciego, pero que yo sepa que tengo la vida limitada como ese niño, no.
Empecé a revalorar todo lo que tenía, podía caminar, podía mover los brazos, tenía inteligencia, podía oír y hablar. Ese testimonio a mí me sirvió muchísimo”.
Luis Alfonso es originario de Córdoba, Veracruz y comenta que se rehabilitó en la Escuela Nacional para Ciegos en la Ciudad de México, donde aprendió a caminar con un bastón y a leer y escribir en sistema braille.
“Tuve rehabilitación psicológica, logre recuperar mi autoestima porque yo venía muy deprimido, y a partir de ahí me regresé a Córdoba a fundar la escuela para ciegos y a estudiar el bachillerato en uno regular”.
Después de graduarse de la Universidad, Luis Alfonso recordó lo difícil que fue conseguir un trabajo a pesar de haberse titulado con un buen promedio que lo llevó a exentar el examen profesional.
“Me regresé a Córdoba a buscar trabajo, cosa que fue terriblemente difícil. Yo había salido de la facultad con 9.6 de promedio, exente el examen profesional, fui titulado con mención honorífica, y a pesar de ello no encontraba trabajo en Córdoba, me rechazaban mucho por la discapacidad visual”, recordó.
Al verse excluido en el mundo laboral, decidió crear una revista a nivel local, y así fue como pudo abrirse camino, llegando a ser regidor en el ayuntamiento de Córdoba.
“Hice una revista que circulaba en Córdoba, después entré a trabajar a la radio, entre como catedrático universitario y tuve la suerte de ser regidor en el ayuntamiento”.
Tiempo después decidió estudiar la licenciatura en Derecho, especialmente el derecho parlamentario, lo que lo ha llevado a trabajar actualmente en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión como asesor.
Mientras estudiaba la carrera de Comunicación en la Universidad Veracruzana, tomo la aspiración de querer trascender dejando huella a través de un libro.
“No fue fácil escribir un libro, dije, tengo que acumular más experiencias. Cuando empecé a escribir el libro yo lo quise hacer de una manera novelada, eso me implicó leer mucho y escribir”.
Explica que cada ser humano debe dejar una huella con base a las experiencias adquiridas, como si fuera una responsabilidad.
“Yo quiero para las nuevas generaciones que mis expectativas les sirvan, que se den cuenta que a pesar de cualquier adversidad que tengan, siempre hay posibilidad de seguir soñando”, finalizó.
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