El uso de materiales para prevenir el coronavirus genera desechos infecciosos no sólo en hospitales y viviendas, sino en centros comerciales, y lo grave del caso es que no hay un manejo adecuado para su disposición final, y terminan al aire libre en basureros o peor aún, en bolsas de basura en las banquetas, que cualquier perro callejero puede romper y dispersar.
El inspector de la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente, Gaspar Monteagudo Hernández, alertó lo anterior y llamó a la responsabilidad en la forma de eliminar esos materiales de manera responsable, sin riesgo para la salud de la colectividad.
"En esta pandemia del COVID-19 recibimos quejas de que los residuos hospitalarios los están manejando mal de alguna manera, y tratamos de hablar con las autoridades de los hospitales y con los encargados de los tiraderos y rellenos sanitarios para que cubran de inmediato todo el material infeccioso, que no debería estar al aire libre y en contacto con el ambiente.
"Además reportan que en centros comerciales están manejando mal los desechos biológicos infecciosos, que en este caso son cubrebocas y caretas", señaló Monteagudo Hernández.
Resaltó que la prioridad es tener un ambiente sano, y se pretende que en espacios como los centros comerciales y otros de alta concentración humana haya protocolos para el desecho de materiales de higiene; y para que en los rellenos sanitarios y tiraderos a cielo abierto también los haya para la disposición final de los desechos potencialmente infecciosos y riesgosos para la salud.
El inspector de la PMA reconoció el esfuerzo que hacen miles de personas a título propio y familiar para deshacerse adecuadamente de materiales usados para no contagiarse del COVID-19, pero dijo que esas buenas intenciones se desperdician si al llegar esa basura a los tiraderos se revuelve indiscriminadamente con el resto de los desechos de toda la ciudad.
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