Con más de 2 mil hectáreas de superficie, la laguna de Mandinga, ubicada en los límites entre los municipios de Alvarado y Medellín, es uno de los últimos pulmones naturales de la zona metropolitana de Veracruz que se resiste al impacto de la actividad humana, a pesar de las amenazas que la rodean.
El lugar se encuentra clasificado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) como un sitio de manglar con relevancia biológica y con necesidades de rehabilitación ecológica, por sus características ambientales y por los factores de riesgo que la rodean.
Un estudio elaborado por la Universidad Metropolitana reveló que entre el 2000 y el 2017, se perdieron 107 hectáreas de bosque de mangle en este ecosistema que actualmente se extiende en 450 hectáreas, a pesar de la protección de las leyes ambientales por ser catalogada Áreas Natural Protegida y por ser el mangle una especie protegida en las leyes federales bajo la NOM-022-SEMARNAT-2003.
Gregorio Huerta, pescador originario de Mandinga con más de 30 años en el oficio, afirma que la construcción desordenada de desarrollos inmobiliarios, la contaminación y el desinterés de la población por conservar el medio ambiente son las principales amenazas.
Para Gregorio por muchos años existió complacencia de autoridades municipales y estatales para autorizar la construcción de fraccionamientos residenciales que deforestaron áreas verdes, rellenaron vasos reguladores y, en algunos casos, deforestaron manglares.
En contraparte, pescadores fueron obligados a asumir la responsabilidad por el impacto en el ecosistema de la laguna, ya que fueron señalados de sobreexplotar especies y de contribuir en la desaparición del manglar.
Con el tiempo, tuvieron que cambiar sus métodos de pesca y un puñado de ellos se organizó para realizar otras acciones de limpieza.
Sin embargo, desde su perspectiva la contaminación en la laguna de Mandinga y su conservación es una responsabilidad compartida que se niegan a reconocer tanto desarrolladores inmobiliarios, como pescadores, pobladores y autoridades.
“Imagínate cuando van a hacer un fraccionamiento o cuando van a hacer una plaza comercial reforestan hectáreas de manglar, y como hay dinero ahí no hacen nada, pero uno que es pescador y a veces necesita dos o tres varas para el equipo de pesca o para elaborar los encierros, te ven y ya te quieren meter al bote, se me hace ilógico e injusto”, declaró.
La CONABIO clasifica cuatro tipos de factores de riesgo que rodea la laguna de Mandinga, los impactos directos, los impactos indirectos, los fenómenos naturales y las amenazas directas por la acción del hombre.
Entre los impactos directos ubica a la tala de manglar y los asentamientos irregulares en la zona de manglares; en impactos indirectos enumera el cambio de uso de suelo a ganadería, el desarrollo urbano, las descargas de aguas negras de la zona conurbada, la contaminación por residuos sólidos, agroquímicos y fertilizantes, los daños por embarcaciones, el impacto por la actividad turística y la construcción de caminos.
Entre las amenazas directas por la acción del hombre se encuentra la deforestación, la caza furtiva, la introducción de especies exóticas como la tilapia, la pesca intensiva y el turismo.
Aunque el organismo no detalla cuáles son los efectos naturales que amenazan el equilibrio ambiental en la laguna, para Gregorio son las características del sistema lagunar de Mandinga, el cual se forma por los escurrimientos de agua del Golfo de México y del río Jamapa.
Dicho afluente arrastra diversos tipos de contaminantes desde su nacimiento en el pico de Orizaba hasta su desembocadura en Boca del Río, muchos que terminan en la laguna.
“En temporada de lluvia esa contaminación que baja de la cuenca alta del Jamapa termina aquí, nosotros la limpiamos, pero hemos llegado a levantar hasta tanques de gas porque recibimos toda esa basura”.
La laguna de Mandinga se ubica a menos de 20 minutos del puerto de Veracruz, su población más importante se desarrolló en el municipio de Alvarado, en la zona conocida como la Riviera Veracruzana.
El lugar se encuentra bordeado por dunas que permiten ver el espejo de agua cuando se ingresa a la comunidad desde la carretera Boca del Río-Antón Lizardo. El ecosistema se encuentra cubierto de frondosas copas de árboles de mangle rojo, negro y blanco.
Este ecosistema presta servicios ambientales como zona de alimentación, anidación y refugio de especies de peces, aves y crustáceos. Del mismo modo, el mangle brinda sustrato para el desarrollo de otras especies y favorecen la regulación microclimática, así como el amortiguamiento de huracanes y nortes.
Entre las especies representativas de esta región destacan el pato real, el ostión, la jaiba y cuando la salinidad aumenta la medusa de cañón. Pescadores reportan el avistamiento de manatíes, nutrias y sábalo.
La pesca y la prestación de servicios turísticos son las principales actividades económicas del lugar. Una de las características son las 38 islas que se distribuyen en el cuerpo de agua, algunas de las cuales han desaparecido por la erosión y efectos naturales.
Mariana Latapi, presidenta de Reciclemos y Ayudemos AC, difundió un video en los márgenes de la laguna de Mandinga a través del que convocó el próximo 23 de julio a realizar una limpieza, en la que se espera la participación de 62 agrupaciones, entre las que se incluyen prestadores de servicios y pobladores del lugar.
La activista compartió a IMAGEN DE VERACRUZ que se busca generar conciencia sobre la importancia de la conservación ambiental en el lugar, ya que la zona en donde realizó el recorrido se pueden encontrar diversos tipos de desechos, algunos que pudieron ser arrastrados por la corriente y otros que pudieron ser arrojados de manera premeditada.
Gregorio Huerta se muestra animado por la convocatoria de la agrupación civil, pero lamentó que estas iniciativas provengan de personas que no habitan en el pueblo de Mandinga.
“Para mi gusto siempre ha sido lo mismo, desafortunadamente no hay manera de hacer que cambie la gente, no se le puede cambiar el chip, si todos pensáramos en conservar, en cuidar, en mantener limpio el lugar, hubiera más producción... de más de 20 lancheros que somos solo una tercera parte logramos ponernos de acuerdo para hacer limpieza en los manglares”.
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