En México, el labio leporino y el paladar hendido (LPH) continúan siendo de las malformaciones congénitas más frecuentes, con una prevalencia estimada entre 0.6 y 0.9 por cada mil nacimientos vivos. La activista Susana Sánchez Sainz, dijo que es importante que los papás sometan a sus hijos a la cirugía desde pequeños para que tengan una buena calidad de vida.
El tratamiento requiere un enfoque multidisciplinario que incluye cirugía, terapia del lenguaje, atención odontológica y apoyo psicológico. La cirugía para corregir el labio hendido generalmente se realiza antes de los 12 meses de edad, mientras que la del paladar hendido se lleva a cabo antes de los 18 meses.
"Nacen con el padecimiento y lo mejor es operarlos a los cinco meses de nacido porque cuando se hacen las cirugías de manera temprana se pueden desaparecer un poco las cicatrices y tener mejor reintegración a la sociedad entre la manera de hablar y físicamente".
Se calcula que cada año nacen aproximadamente 3 mil 500 niños y niñas con labio y/o paladar hendido en el país. La Secretaría de Salud reporta una incidencia de 51.1 casos por cada 100 mil nacimientos vivos. La falta de consumo adecuado de ácido fólico durante el embarazo es un factor relevante. En el 32.5 por ciento de los casos de LPH, las madres no consumieron este nutriente o lo hicieron después del primer trimestre de gestación.
"Hemos podido dar a los niños 100 por ciento de la recuperación. Hay nutrición, psicólogos, terapia de lenguaje y hemos tratado de reintegrar a los niños, que ellos vuelvan a la sociedad al 100 por ciento".
La detección temprana y el tratamiento oportuno son importantes para mejorar la calidad de vida de los niños y niñas con LPH, permitiéndoles desarrollarse plenamente en aspectos físicos, emocionales y sociales.
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