Nadie sabe a ciencia cierta como surgieron en México los ‘antojitos’ o ‘fritangas’ que aparecen por todos lados y que los consumen lo mismo los pobres que los ricos. Lo innegable es que han sobrevivido a la historia y ya los venden en versión no callejera y en algunos casos hasta ‘gourmet’.
Lo indiscutible es que han sobrevivido a la historia y ni los negocios de comida rápida han podido desplazarlos pese a que algunos ya los ofrecen en versiones menos populares.
En la ciudad de Veracruz y sus alrededores las reinas de la fritanga aún son la picada y la gorda, pese a las advertencias de los riesgos por obesidad.
Y ni qué decir de garnachas, tostadas, empanadas, dobladas y el rey: el taco.
En Veracruz el barrio de La Huaca tiene su Festival de la Gorda y la Picada, y muchas familias viven de esa actividad que en su mayoría está a cargo de mujeres.
A pocas personas o a ninguna les interesan las advertencias sobre obesidad, hipertensión, diabetes y etcéteras que hacen los médicos, porque es un tema con antecedentes culturales.
El presidente de la Fundación de la Crónica de Veracruz, Miguel Salvador Rodríguez Azueta, hizo hincapié en los orígenes prehispánicos del México actual y lo difícil que sería modificar ese hábito alimenticio que además de versátil es barato en comparación con otras formas de ‘engañar al estómago’.
“Nuestra tradición prehispánica de alimentarnos con el maíz y la tortilla, que es derivada de la misma, y las migraciones que ocurrieron en Veracruz y en otros lugares de México, hubo esa complicidades de armonías en los alimentos prehispánicos, como es el picante, que se transformó en las salsas.
“La gorda, se infló la tortilla de más. No se sabe en qué momento surge la gorda y la picada, pero los antecedentes son poderosamente prehispánicos”, subrayó Rodríguez Azueta.
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2024 |