Referente como un punto de descanso para los navegantes que se dirigían a Veracruz, la Casa del Marino ubicada en la avenida Salvador Díaz Mirón exhibe el estado de abandono, notorio desde la distancia, que da la apariencia de estar en desuso.
Hace décadas ese mismo sitio era el refugio para que los hombres del mar procedentes de otros países a bordo de buques mercantes, tomaran su merecido descanso antes de hacerse nuevamente a la mar.
Hoy el edificio ubicado en Díaz Mirón esquina Alvarado (Horacio Díaz) parece abandonado, con los cristales cubiertos por el polvo que impide mirar hacia adentro, a oscuras por las noches, lo que haría impensable que alguien la habite.
La situación es consecuencia de los acuerdos y decisiones de las autoridades encargadas de ése y otros recintos similares en otros puertos del país, señaló Enrique Lozano Díaz, inspector de la Federación Internacional Trabajadores Transporte (ITF).
En otra época ahí se recibía a los marinos mercantes cuando llegaban a Veracruz y no tenían dónde quedarse por no ser de aquí. Ésa fue la intención con la que se creó ese esquema de casas en México y el resto del mundo.
A ello contribuyó el decreto presidencial que le dio vida, un convenio con la Organización Internacional del Trabajo, el Convenio de Bienestar de la Gente de Mar ratificado por el gobierno de México y el Reglamento General de la Casa del Marino de los Estados Unidos Mexicanos en los años 40.
“Desde hace muchos años esa casa fue entregada por los entonces directivos, si no mal recuerdo por el director que en paz descanse, Tomás Lozano y Pardinas, que fue director de Marina Mercante; fue regresada a la SCT, la administraban los sindicatos y una fundación de marinos mercantes. La administró la Capitanía de Puertos de aquí de Veracruz hace un tiempo.
“Supimos de manera extraoficial que fue entregada a particulares, una concesión, pero es lamentable el estado en que se encuentra. Son 36 habitaciones y sabemos que hay muchas fallas: no funciona el aire acondicionado ni los ventiladores; desconozco si está operando al 100 por ciento, pero en las condiciones en que se ve desde afuera, no está operativo”, explicó.
Sin embargo dijo que al parecer sí hay algún movimiento de particulares.
“Cuando mucha gente, compañeros, venían de fuera se les brindaba ese servicio, no solo al marino mercante sino a las familias del marino mercante o marinos de guerra, es decir la Semar, era indistinto; a un buen precio y buen trato además. Pero ya desgraciadamente se perdió eso hasta la fecha”.
-¿Como qué tiempo lleva en esa situación?
“Si no mal recuerdo, unos 8 a 10 años, desde que fue regresada a la Capitanía”.
SUSTENTO LEGAL
En el Diario Oficial de la Federación del 8 de diciembre de 1943 se publica el Reglamento General de la Casa del Marino de los Estados Unidos Mexicanos, dado en la residencia del Poder Ejecutivo Federal el 14 de octubre de 1943.
Firman el presidente de la república, Manuel Ávila Camacho; y el secretario de Marina, Heriberto Jara Corona.
Artículo 1.-La casa del Marino de los Estados Unidos Mexicanos es una institución nacional con personalidad jurídica, creada para el beneficio de los marinos.
Artículo 2.-El objeto de la Casa del Marino es procurar el bienestar de los marinos en tierra, desarrollando su nivel moral e intelectual, así como sus actividades sociales, sin objetivo alguno de lucro, y debe prestar específicamente los servicios siguientes:
I-De hospedería y servicios conexos.
II-Sanatorios y consultorios médicos.
III-De asilo para marinos ancianos sin hogar.
IV-De centros recreativos y culturales.
V-De caja de ahorro.
VI-De guardavidas.
VII-De salvamento de náufragos.
Los servicios enumerados en las fracciones anteriores se establecerán en cada localidad a medida que lo permitan las posibilidades económicas de la institución, cuando lo acuerde la Junta Directiva de la misma.
Artículo 3.-El domicilio legal de la Casa del Marino es la Ciudad de México, pero establecerá delegaciones en los puertos marítimos y fluviales que acuerde la Junta Directiva.
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