En el panorama global, la equidad de género en el ámbito económico es una deuda pendiente, y México no es la excepción. Según el Foro Económico Mundial, el país ocupa la posición 109 de 150 en oportunidades económicas para las mujeres, lo que evidencia un rezago significativo en comparación con otras áreas como salud, educación y participación política.
En su visita a Imagen de Veracruz, Norma Ramírez Hinojosa, presidenta nacional del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias, destacó que la brecha de género en la economía mexicana es una problemática estructural. Mientras en América Latina la participación económica femenina alcanza un promedio del 52 por ciento, en México esta cifra desciende al 46 por ciento, y en estados como Veracruz apenas llega al 36 por ciento. Chiapas, el más rezagado, reporta solo un 32 por ciento.
"La inclusión financiera es un reto. Muchas mujeres enfrentan dificultades para acceder a financiamiento debido a la falta de bienes patrimoniales, resultado de un sistema patriarcal en el que las propiedades suelen heredarse a los hombres. A pesar de estos desafíos, hay esfuerzos institucionales para cerrar la brecha".
Estados como Ciudad de México y Nuevo León han avanzado gracias a la creación de secretarías de igualdad sustantiva, aunque no es suficiente. El Banco Mundial advierte que, si no se toman medidas urgentes, la igualdad económica plena entre hombres y mujeres podría tardar 134 años en alcanzarse.
"Necesitamos programas de empoderamiento económico que brinden herramientas para el emprendimiento y la capacitación. Si no actuamos ahora, nuestras hijas, nietas y bisnietas seguirán enfrentando los mismos obstáculos".
Con estrategias adecuadas, México podría reducir la brecha y potenciar la participación de las mujeres en la economía, para mejorar el crecimiento del país. Actualmente, existen programas diseñados específicamente para mujeres, y en el Consejo Coordinador establecieron un convenio con una institución financiera que ha demostrado un fuerte compromiso con la causa. Incluso es el segundo organismo con mayor acercamiento y éxito en la inclusión financiera de mujeres.
Esto evidencia dos realidades fundamentales: primero, que las mujeres tienen un interés en acceder a financiamiento; y segundo, que las instituciones financieras deben adaptar sus estrategias para hacer que estos recursos sean accesibles y funcionales para ellas.
"Como presidenta nacional del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias he tenido el honor de presenciar un creciente interés por parte de diversas instituciones financieras en fomentar la inclusión económica de las mujeres. Varios bancos se han acercado a nuestro organismo con el reconocimiento de que el verdadero cambio radica en potenciar el acceso de las mujeres a herramientas financieras, un aspecto clave para su desarrollo empresarial".
Dijo que el sector financiero debe reconocer a las mujeres como un segmento importante del mercado y ajustar sus productos para facilitar su integración plena en el ámbito empresarial. Solo así se logrará una verdadera inclusión financiera con impacto en la economía.
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