A 20 años del incendio vivido en el mercado Hidalgo de Veracruz, justo un 31 de diciembre de 2002, Marilé Nava García recuerda entre lágrimas los momentos tan angustiantes vividos en las instalaciones que a decir de ella, parecían derrumbarse.
La locataria, quien en ese momento tenía 43 años de edad, contó que todo transcurría normal y precisamente 8 días antes del desastre la policía ya había decomisado gran cantidad de pirotecnia debido a que era demasiada en los alrededores del mercado.
“Yo estaba en un día normal aquí en mi negocio cuando empecé a escuchar que la gente corría, gritaban y se escuchaban truenos muy muy feos, jamás volví a escuchar algo como ese día. Salí cuando todo era más intenso y vi como si el cielo se fuera a caer, nunca imaginé todo lo que estaba pasado”, expresó.
De acuerdo a lo compartido por la sobreviviente, el incendio se originó debido a que en medio del decomiso de pirotecnia ese 31 de diciembre, uno de los ambulantes le prendió un cerillo a la batea de la patrulla en donde llevaban la mercancía sin imaginar que unos “chifladores” saldrían volando y provocarían aquella desgracia.
“Ojalá hubieran sido de esas carrilleras, pero no, lo que estaba explotando era mucho más grande y en cantidad, eran unos cohetes que venían en latas. Yo solo recuerdo gritos, truenos y cómo el mercado retumbaba que parecía que se iba a caer”, contó.
Marilé lamentó aquella desgracia en la que murieron muchas personas de todas las edades y de las cuales hay historias desgarradoras, sin mencionar los que jamás fueron encontrados.
“Fue horrible, realmente no hay palabras que describan, murieron muchas personas entre ellos una niña de 2 años a la que tenían durmiendo justamente arriba de los cohetes, jamás la encontraron. Muchos cuerpos no aparecieron porque se fueron con las cenizas a la hora de lavar".
“Hubo también el caso de un señor con su puesto de ropa que para que no se le fueran los clientes sin pagar bajó la cortina y ahí murieron todos adentro; otra familia también estaba dentro de un carro y al querer arrancar les explotó el tanque de gasolina. Mucha gente corría, pero los mismos puestos ambulantes fueron una trampa porque se caían y la gente quedó atrapada”, comentó.
Marilé también recuerda haber visto 29 cuerpos tendidos en el área de pollería, sin embargo hubieron muchos más, pues aunado a eso detalló que fueron aproximadamente 80 bolsas negras llenas de restos sin identificar.
Aquel 31 de diciembre del 2002 marcó psicológicamente la vida de muchos, entre ellas la de Marilé, pues tras 20 años del incendio no soporta escuchar o ver pirotecnia sin entrar en crisis nerviosa.
“En mi casa antes quemaban cohetes, yo me quedaba encerrada. Cuando los chamacos jugaban con ellos escuchaba que lloraban y me atacaba a los nervios y no podía parar de llorar, pero no era así, ellos se estaban riendo. Demoré mucho tiempo así, han pasado 20 años y me sigue ganando el llanto”, dijo con la voz entrecortada.
Desde aquella fecha, cada 31 de diciembre en la capilla de la virgen que está entre pollería y carnicería del mercado Hidalgo realizan una misa en memoria de todos los fallecidos.
“Cada 31 de diciembre hacen una misa en la virgen que está entre carnicería y pollería, los primeros años tenían que hasta cerrar la avenida porque venía mucha gente, ya actualmente es menos, pero de todos modos se hace para conmemorarlos.”
Tras varios años y a pesar de todas las personas fallecidas, Marilé quien sigue laborando en el mercado, aseguró que jamás se ha sentido o aparecido algo paranormal, pues señaló todo quedó tranquilo y la vida sigue.
Finalmente enfatizó que nadie escarmienta en cabeza ajena pues es por eso que la gente no entiende y siguen vendiendo pirotecnia, por lo que lamentó que sea hasta que vivan una desgracia para que dejen de utilizarla y distribuirla.
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