El fin de semana la situación de un extranjero en Veracruz causó un importante revuelo, de ser reportado como una víctima de desaparición, pasó a ser un presunto delincuente sexual de menores escondido en el territorio, y aunque tardó años oculto, el Registro Civil jugó un papel vital en su captura.
Sean Alexander Dempsey, fue difundido como un irlandés desaparecido en Veracruz, para darse a conocer que en realidad se trataba de, Alexander Barrett Callaham, norteamericano prófugo de su país, luego de que se le iniciara un proceso legal debido a que se le acusó de haber abusado de un menor de edad, y no se presentó a la audiencia, escapando de Estados Unidos.
Desde el 2014 huyó de las autoridades, y se escondió en México, en Veracruz terminó residiendo, consiguió un lugar donde vivir en el municipio porteño, y en el Instituto Bilingüe Báltico, una escuela privada de la Riviera Veracruzana, consiguió un puesto como profesor de inglés.
Dempsey, o Barret, logró una fuga de tantos años debido a que contó con la documentación que le permitía escapar de la ley pasando inadvertido, pero esos mismos papeles harían que su fuga llegara a su fin de una vez por todas.
La Fiscalía General del Estado ya estaba coordinándose con las corporaciones de los Estados Unidos, ubicando al extranjero, con un tatuaje en su brazo bastante característico, pero faltaba corroborar su identidad.
Fue entonces que las autoridades recurrieron a donde menos se esperaba Alexander, al Registro Civil, y ahí se comprobó lo evidente, no había nadie registrado en Veracruz con el nombre de Sean Alexander Dempsey.
Gracias a la pieza más importante del rompecabezas, y con los datos particulares del estadounidense, finalmente fue detenido, y se aclaró que se trata de un hombre señalado de abusar de un niño en Estados Unidos, que no es irlandés, y su apellido real es Barret Callaham.
Luego de que el Registro Civil les diera el dato más importante, la Fiscalía General del Estado pudo entrar al acusado al Instituto Nacional de Migración, quienes lo enviaron a Tijuana, donde el personal de los Estados Unidos lo recibió y ahora, continuarán con su proceso pendiente, a fin de que responda ante la ley.
CONTABA CON UN INE FALSO
Alexander Barrett Callaham, logró hacerse de una credencial del Instituto Nacional Electoral, que le permitió hacer su vida en Veracruz, incluso conseguir trabajo en una zona popularmente conocida por su alto estatus social, en un colegio privado, algo que le pudo haber costado, alrededor de 2 mil pesos.
Existen quienes se dedican a fabricar credenciales electorales, el medio de identificación más popular en México, con la ayuda de la tecnología, que permiten que estos tengan un gran parecido con la oficial, y apenas vale dos miles pesos, esto en zonas como la Ciudad de México.
Las autoridades que han dado con quienes se dedican a esto, confirman que los falsificadores tardan menos de una hora, que, por lo menos a simple viste, cubre con los requisitos para ser tomada por verdadera.
Los falsificadores se valen de programas de diseño e impresoras especiales, a fin de que pasen pruebas vitales, aunque no son cien por ciento convincentes, pues con una lámpara de luz negra, especial, se exhiben los detalles que la distinguen de una real, pero no todos tienen estos mecanismos.
La credencial para votar cuenta con 16 elementos de seguridad, 15 de los cuales están presentes en la versión apócrifa, la original, por la parte frontal, tiene micro texto, impresión arcoíris, elemento táctil, foto fantasma, diseño en relieve, elemento ovi, diseño guilloche, tinta UV, patrón debilitado y tinta ovi; y por la parte trasera, impresión arcoíris, micro texto y tinta UV.
Una INE falsa puede contar con todos estos elementos, por lo que, el consultar con el Registro Civil, es una de las mejores formas para poder dar con alguien que está utilizando un documento de identidad falso, lo que, en este caso, ayudó a atrapar a Alexander.
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