Familia busca videos de desaparición de Susana Beatriz para dar con los responsables

Susana Beatriz Espinoza Matanche era madre de un niño, la cual desapareció en la Reserva Tarimoya en Veracruz tras dejar a su hijo en el colegio.

Veracruz - Boca del Río | 2024-03-18 | Lidyvet Murillo

Familia busca videos de desaparición de Susana Beatriz para dar con los responsables

El cuerpo de Susana Beatriz fue localizado el jueves dentro de una bolsa negra y en estado de putrefacción en Lomas III.

Familiares de Susana Beatriz Espinoza Matanche o “Betita” como le llamaban sus amigos, están exigiendo justicia a las autoridades, solicitando que se investigue a través de los establecimientos públicos los videos de las cámaras de vigilancia para que se pueda dar con las imágenes del último lugar donde fue vista la joven de 24 años.

Hay que recordar que fue el pasado 27 de febrero, cuando Susana Beatriz Espinoza Matanche salió de casa para dejar a su hijo al kínder, sin que esta regresara, interponiendo sus familiares la debida denuncia para poder dar con su paradero, pese a las constantes manifestaciones, finalmente su cuerpo fue hallado este 14 de marzo en un barranco del fraccionamiento Lomas III, al norte de la ciudad de Veracruz.

Nancy Torres, vocera de Colmena Verde y activista en la lucha por los derechos de las mujeres, reveló durante una entrevista para XEU Noticias que la familia solicita a las autoridades que pidan los videos de los estacionamientos públicos, para que se pueda tener pistas valiosas de qué fue lo que pudo ocurrir con este feminicidio.

¿Qué sucedió con Susana, desaparecida en La Reserva Tarimoya?

La víctima quien era vecina de la colonia Reserva Tarimoya II, había desaparecido desde el pasado 27 de febrero de este año cuando fue a deja dejar a su hijo al kinder y se disponía a ir a hacer unas compras, pero jamás volvió a casa.

Su cuerpo fue hallado el día de ayer en el terreno baldío a espaldas del mencionado fraccionamiento, donde estaba en avanzado estado de descomposición y dentro de bolsas negras según confirmaron los agentes de la dirección de servicios periciales.

Habría sido durante los estudios post mortem que gracias a los tatuajes que se pudo confirmar que se trataba de Betita de 24 de edad, pues tenía uno en el pecho con el nombre Jefferson y otro más con forma de leona en uno de sus brazos.