En México, los fraudes digitales más comunes han evolucionado, y se han vuelto cada vez más sofisticados. Algunos de los fraudes más frecuentes incluyen:
El phishing es una técnica en la que los estafadores envían correos electrónicos o mensajes que parecen ser de instituciones legítimas (como bancos, tiendas en línea, o plataformas de pago) con el objetivo de robar información personal o financiera.
Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), este es uno de los fraudes más comunes en el país. Los estafadores suelen pedir a las víctimas que ingresen datos confidenciales a través de un enlace falso
La clonación de tarjetas bancarias sigue siendo una amenaza importante. Los delincuentes roban los datos de las tarjetas a través de dispositivos que instalan en los cajeros automáticos (skimmers) o por medio de sitios web fraudulentos.
Una vez que tienen los datos, realizan compras no autorizadas. Según un informe de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), este tipo de fraude afecta a una gran cantidad de usuarios en el comercio electrónico
Con el auge del comercio electrónico, las estafas relacionadas con compras en línea han crecido. Los fraudes más comunes incluyen la venta de productos falsos, productos que nunca llegan a destino o el uso de sitios web falsos que simulan ser tiendas legítimas.
Durante temporadas de ventas como el Buen Fin o Navidad, estas estafas aumentan. Profeco ha alertado a los consumidores sobre la necesidad de verificar la autenticidad de las tiendas en línea antes de realizar compras
Este tipo de fraude ocurre cuando los delincuentes obtienen y utilizan la información personal de alguien, como su número de tarjeta, CURP o incluso sus redes sociales, para realizar transacciones o abrir cuentas fraudulentas.
Es un delito que está en aumento y afecta a miles de mexicanos cada año. La Condusef ofrece asesoría a las víctimas para recuperar su identidad digital
Las estafas a través de redes sociales, especialmente en plataformas como Facebook, Instagram y WhatsApp, incluyen desde perfiles falsos que venden productos hasta engaños para obtener dinero o información personal. Los delincuentes suelen ofrecer productos a precios demasiado bajos o solicitar donaciones para causas inexistentes
La clave para prevenir estos fraudes es la educación digital, siempre verificar la autenticidad de los sitios web, nunca compartir información confidencial a través de canales no seguros, y estar atentos a las señales de alerta.
Si sospechas que has sido víctima de uno de estos fraudes, es recomendable contactar a las autoridades o a tu institución bancaria para tomar las medidas necesarias.
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