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Esta es la leyenda del Médano del perro en Veracruz que se desconoce; ¡Te dará miedo!

Pocos conocen la leyenda del Médano del perro en Veracruz; un animal lleno de rabia y que sus aullidos todavía se escuchan.
Veracruz - Boca del Río | 2023-10-25 | Lidyvet Murillo
Esta es la leyenda del Médano del perro en Veracruz que se desconoce; ¡Te dará miedo!
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En Veracruz existen muchos fraccionamientos y colonias que esconden una leyenda, muchas de ellas son sabidas por los habitantes y otras más han sido desconocidas con el paso del tiempo, una de ellas es la historia que se encuentra en el texto “30 leyendas de Veracruz” de la autora Oralia Méndez, quien narra como la colonia Médano del Perro recibió ese nombre.

La historia narra cómo hace siglos un hombre que se dedicaba al rastro y a destazar cerdos para comercializar su carne, vivía en lo que ahora es el Médano del Buenavista o mejor conocido por los habitantes en aquella época como Médano del Perro, el cual vivía en condiciones desalmadas y crueles, por lo que nadie le hablaba o quería acercarse a él.

Casiano, como era conocido por habitantes en Veracruz tenía un enorme perro, este cuidaba su casa y a sus cerdos, lo mantenía resguardado en una jaula de gruesos barrotes de fierro, la cual apenas podía contener su forma de actuar, ya que era un animal violento, y que tenía mucha hambre, ya que no era alimentado apropiadamente.

El perro tenía una mandíbula que daba miedo, esta fea, deformada y tenía a su vez una gran cabeza, se alimentaba cada vez que Casiano se acordaba de aventarle las sobras de los cerdos, cuando su dueño lo dejaba caminar por los médanos, los habitantes del pueblo le tenían mucho miedo, ya que su apariencia de ojos rojos y perro salvaje les provocaba ganas de salir corriendo.

El deseo de Casiano era lograr tener una casa enorme y que estuviera cerca de la ciudad, sin embargo, sus condiciones precarias no le permitirían tener una vivienda de esas magnitudes, por lo que vivía amargado y se refugiaba en su casa en la punta de un montículo de arena, la cual era resguardaba por su perro, al cual apodaba “Lobo”.

Sin embargo, “Lobo” se volvió cada vez más agresivo, creció de tamaño y poco cabía ya en la jaula que su dueño había adaptado para él, este se encontraba al borde de los chiqueros y la gente aseguraba que por su aspecto, se trataba de un animal que había sido poseído por un demonio.

Un día Casiano bajó al pueblo, pero tuvo que regresar rápidamente porque nadie quiso hablarle, ya que su aspecto deplorable no les gustaba mucho a las personas, sin embargo, al regresar a su choza en lo alto del Médano, se percató que la jaula de “Lobo” estaba abierta, las cadenas que sostenían el cuello de este habían sido desgarradas.

De inmediato se dirigió hacia el chiquero, donde encontró al perro con una mirada lasciva, acostumbrado por comer puras sobras, este había terminado con cada uno de los cerdos de Casiano, al quedarse sin mucho alimento y al no poder zacear su hambre, “Lobo” se abalanzó sobre Casiano, enterrando sus colmillos, esto al pensar que por el olor fétido que emanaba del hombre, era como un cerdo más.

El perro le comió parte de la nariz, tal fue su ataque, que terminó por dejarle el cráneo a la luz de la luna, y nadie en el pueblo supo que Casiano murió esa noche y a manos de su perro.

Tras darle muerte a su propio amo, “Lobo” se dirigió hacia la parte del médano que estaba en la ciudad, buscando conseguir más comida; esto lo llevó a atacar primero a un niño, el cual aseguraron los pobladores de esa época que fue el perro quien se lo comió, así como un bebé también fue víctima del perro, ya que encontraron al animal en la hamaca donde estaba el menor.

Tras las muertes de los menores, algunos vecinos decidieron armarse de valor y con hachas, machetes y palos buscaron al animal por todo el médano, hasta que lo ubicaron en la cima, junto a los huesos de Casiano y los puercos, donde su mirada seguía llena de odio.

Algunos pobladores aseguraron que los hechos que había cometido el animal solo podrían haber sido producto del Diablo, por lo que lo mataron y sus restos fueron rociados con cal viva y agua bendita.

Cuenta la leyenda que por las noches, en la zona del Médano del Perro se logran escuchar aullidos, los cuales aseguran que son de “Lobo” el perro que mataron los pobladores y que estaba poseído tras cometer diversos actos de crueldad.

/lmr

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