Que hay, mis camaradas, fíjense que traigo un dolor de espalda gracias a los golpes que me di por caer en varios baches mientras andaba por la carretera Veracruz - Medellín.
Mis dolores no son ajenos a los que siempre viven mis amigos que a diario transitan por la carretera, y es que no hay punto en donde no haya cráteres, es imposible no caer en uno.
El problema no son los dolores en la espalda o en la columna, el dolor más fuerte en es la cartera al pagar los daños que sufren los vehículos por andarse metiendo en esos hoyos de manera involuntaria.
La situación se agrava cuando cae la noche, pues me han contado que de plano no se ve nada y uno tiene que andar con la bendición del santo más devoto.
Otros ni aunque se encomienden al más milagroso logran escapar de la caída en un bache, nada más sienten en el golpe y se sabe que el daño está hecho.
Ojalá y las autoridades competentes se de una vuelta por la carretera Veracruz - Medellín, pues está llena de hoyos, que ya hasta para jugar golf sirve.
Ya me contaron que varias llantas han quedado en el camino, y otras más luchan pero al final ya no hay nada que hacer, solo cambiarlas.
Una manita de gato no caería nada mal, lo van a agradecer todos los conductores que día a día pasan por esa arteria vehicular.
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