Durante la llegada de frentes fríos, las bajas temperaturas pueden aumentar el riesgo de diversas enfermedades, especialmente en personas vulnerables como los niños, adultos mayores y aquellos con enfermedades preexistentes. Algunas de las más comunes incluyen:
Resfriados y gripe: Las temperaturas frías favorecen la propagación de virus respiratorios, como el de la gripe y el resfriado común. Estos virus se transmiten más fácilmente en ambientes fríos y secos
Neumonía: La exposición prolongada al frío puede debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta la vulnerabilidad a infecciones respiratorias graves, como la neumonía.
Hipotermia: La hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal desciende por debajo de lo normal (generalmente 35°C). Es más frecuente en personas que están expuestas al frío extremo sin ropa adecuada o en lugares sin calefacción
Asma y enfermedades respiratorias: Las personas con asma o enfermedades pulmonares crónicas pueden experimentar exacerbaciones durante los frentes fríos debido a la irritación de las vías respiratorias por el aire frío.
Congelación: En casos extremos de exposición al frío, las extremidades como dedos de manos y pies pueden sufrir congelación, que es una lesión causada por la congelación de los tejidos
Para prevenir estas enfermedades, las autoridades recomiendan abrigarse adecuadamente, evitar la exposición prolongada al frío y mantener una buena higiene respiratoria, además de vacunarse contra la gripe, especialmente en grupos vulnerables.
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