En Veracruz, llevar a un niño en el asiento delantero del automóvil puede resultar en una multa que va de 5 a 10 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
Para 2024, cada UMA tiene un valor de aproximadamente $108.57 MXN, lo que sitúa la multa entre $542.85 y $1,085.70 MXN. Además, se puede imponer una penalización de puntos en la licencia de conducir y en la matrícula del vehículo.
Esta sanción se debe a que, en caso de accidente, los sistemas de seguridad, como las bolsas de aire, pueden representar un riesgo para niños que viajan en el asiento delantero debido a su tamaño y peso menores.
La normativa de tránsito busca proteger a los menores al exigir que viajen en asientos traseros con sistemas de retención infantil adecuados.
Llevar niños en el asiento delantero del automóvil representa varios peligros graves debido a su tamaño y vulnerabilidad. A continuación, se detallan algunos de los principales riesgos:
Impacto del airbag: Los airbags están diseñados para adultos y se despliegan con mucha fuerza en un choque. Para un niño, especialmente si es menor de 12 años o de baja estatura, el impacto del airbag puede causar lesiones graves en el cuello, cabeza y pecho, e incluso puede ser fatal en una colisión a baja velocidad.
Mayor exposición a lesiones en accidentes: Los niños son más susceptibles a lesiones graves en la cabeza y el tórax cuando están en el asiento delantero. En una colisión, al no contar con la misma masa corporal que un adulto, su cuerpo no soporta las fuerzas del impacto de la misma manera, lo que aumenta el riesgo de traumatismos.
Mayor probabilidad de lesiones por la falta de un sistema de sujeción adecuado: La mayoría de los sistemas de sujeción infantil están diseñados para ser utilizados en los asientos traseros, donde la probabilidad de sufrir lesiones graves en un accidente es menor. Colocar al niño en el asiento delantero impide el uso de un sistema de retención adecuado y seguro para su tamaño y peso.
Riesgo de salir despedido: En choques frontales, que son los más comunes, el niño corre mayor riesgo de salir despedido del asiento delantero, incluso con el cinturón de seguridad, pues este no está diseñado para sujetar adecuadamente a un niño.
La American Academy of Pediatrics (AAP) y la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) recomiendan que los niños menores de 13 años viajen en los asientos traseros para minimizar estos riesgos, lo cual también es una regulación en muchos países para proteger la seguridad infantil.
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