Dan el último adiós a Óscar, paramédico que murió atropellado en Veracruz

Paramédicos de la Cruz Roja dieron el adiós a su excompañero Óscar Rodríguez Hernandez en una ceremonia de cuerpo presente que se realizó afuera de las instalaciones en la avenida Salvador Díaz Mirón.

Durante el acto luctuoso varios asistentes demandaron poner orden vial en la vieja carretera a Xalapa que pasa por zonas que antes estaban casi a las afueras, pero hoy quedaron dentro de la mancha urbana, como Las Amapolas, Las Bajadas y otras, porque son altamente peligrosas.

Se dio lectura a una semblanza de Óscar Rodríguez, quien en 1998 se incorporó a la Cruz Roja en Veracruz y aprendió lo más que pudo para poder prestar más atenciones ante las posibles contingencias.

En el 2007 sufrió una lesión de columna, lo cual le impidió seguir arriba de una ambulancia, de modo que incursionó en otras actividades dentro de la Cruz Roja.

Su último servicio fue en el Carnaval de este año, en julio del 2022, hasta que ocurrió el accidente que le cortó la vida.

Los asistentes le brindaron aplausos que parecían no tener fin, frente al féretro mientras el sonido de las torretas y sirenas se dispersaba sobre la avenida Salvador Díaz Mirón y llegaba hasta La Fragua y hasta Miguel Alemán, hasta Simón Bolívar y hasta Tuero Molina. Y más allá.

TRAMO MORTAL

En comentarios, varios asistentes que conocieron por años a Óscar Rodríguez señalaron que ese tramo carretero desde la Cabeza Olmeca hasta Las Bajadas, Las Amapolas, el Nuevo Veracruz, Tejería, la Ciudad Industrial y más allá, es un verdadero peligro para miles de automovilistas, pero también para miles de peatones que requieren cruzar la carretera y lo hacen a riesgo de su propia vida.

Acusaron que no existen restricciones de velocidad, señalamientos, reductores de velocidad, puentes peatonales, absolutamente nada que garantice un paso seguro y todo caminante se juega la vida en minutos.

Destacaron que, aunque a ese tramo se le considera carretera, en realidad al crecer la mancha urbana lo absorbió y quedó adentro, pero los automovilistas lo usan como si fuera una autopista porque no existe ninguna restricción.

Fotos: Patricia Morales.

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