Si eres muy apasionado o apasionada, esta información es para ti, pues el exceso de pasión te puede llevar a la cárcel, ya que una huella de “amor desbordado” en la piel del ser amado, coloquielmente conocido como chupetón, puede provocar la muerte y esto se puede tipificar como lesiones culposas, no dolosas porque no se hacen con la intención de matar, pero que finalmente te dejaría en prisión.
“Si lo vemos desde un punto de vista sexual, estamos hablando que puede clasificarse como violencia sexual, pero recaería en un abuso erótico, aunque todo depende del consentimiento de la pareja, pues hay quienes no aceptan este tipo de expresiones amorosas, por decirlo de una manera”, manifestó el especialista, Alfredo Zúñiga.
Aclaró que aquí entraría lo que es un concurso de delitos, esto se da cuando hay varios delitos relacionados con el mismo acto delictivo, estamos hablando de lesiones culposas y de violencia sexual.
De acuerdo al especialista en la materia, ya se han dado casos en los que un exceso de emoción desbordada han causado la muerte a un joven en el 2016, un chico de 17 años quien falleció en México a causa de una embolia originada por un chupetón que le hizo su novia, de 24 años.
Recomendó medirse en las expresiones de afecto con la pareja, aunque den su consentimiento y con mayor razón si no lo permite, pero la emoción se desborda.
“Mas vale prevenir que lamentar, y evitar este tipo de acciones, aunque la pareja lo permita, pues una mala jugada del destino puede arruinar la vida de ambos”, subrayó.
De acuerdo a la historia referida, que en estas fechas ha tomado importancia, el novio llegó a su casa para cenar con su familia, después del apasionado encuentro que sostuvo con su pareja, sin embargo, la cena se tornó trágica, pues el chico empezó a convulsionar.
Y aunque los padres de inmediato llamaron a los servicios de emergencia, él ya había muerto.
Los socorristas detectaron las huellas de la pasión en el cuello del joven, mismo que fue la causa de la muerte, pues éste moretón generó un coágulo, que al trasladarse al cerebro del joven provocó una embolia cerebral.
El de la ciudad de México no ha sido el único caso, en 2011, en Nueva Zelanda, una mujer de 44 después de que su pareja le hizo un chupetón, perdió el movimiento de su brazo izquierdo (parálisis) y sufrió un accidente cerebrovascular, aunque por fortuna, lograron salvarla.
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