En Veracruz, dormir en la vía pública generalmente se considera una infracción administrativa relacionada con la alteración del orden y uso indebido de espacios públicos.
Las sanciones por este tipo de conducta varían, pero comúnmente se aplican multas similares a las impuestas por otras infracciones de desorden en la vía pública, como apartar espacios o realizar actos que interfieren con el libre tránsito.
Las multas para infracciones de este tipo en el estado suelen oscilar entre 2 y 100 UMAs (Unidad de Medida y Actualización), lo cual puede equivaler a montos que van de aproximadamente $207 a $10,300 pesos mexicanos, según la gravedad de la infracción y la decisión de las autoridades locales.
Dormir habitualmente en la vía pública puede tener diversas consecuencias que afectan tanto a la persona que lo hace como a la comunidad. Estas incluyen:
Problemas de salud: Dormir en espacios públicos expone a las personas a condiciones ambientales adversas, como temperaturas extremas, lluvia, y viento, lo cual puede aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias, hipotermia o deshidratación. Además, el acceso a servicios sanitarios básicos es limitado, lo que incrementa las posibilidades de infecciones.
Inseguridad y riesgo de agresiones: Las personas que duermen en la vía pública pueden ser víctimas de agresiones, robos o situaciones de violencia. La falta de un entorno seguro hace que estén vulnerables a posibles ataques, lo que compromete su integridad física.
Estigma social y discriminación: Dormir en la calle suele generar estigmatización, lo que puede dificultar el acceso a trabajos, vivienda o servicios sociales. La percepción social de las personas en situación de calle puede desencadenar un trato desfavorable y menos oportunidades de reintegración.
Intervenciones policiales y sanciones: En muchas ciudades, dormir en la vía pública está regulado por ordenanzas municipales, por lo que las personas pueden ser multadas o desalojadas por las autoridades. Las sanciones pueden variar, y en algunos casos, las personas pueden ser trasladadas a centros de asistencia social o de detención temporal si las autoridades locales lo consideran necesario.
Impacto en la salud mental: La falta de estabilidad y de un lugar seguro para dormir aumenta el estrés y puede agravar problemas de salud mental. Las personas en esta situación a menudo experimentan ansiedad, depresión, y, en algunos casos, trastornos psiquiátricos sin acceso a un tratamiento adecuado.
Estas consecuencias subrayan la importancia de las políticas públicas y los programas de apoyo social que buscan mejorar la calidad de vida de las personas sin hogar y ofrecer alternativas a quienes están en situación de vulnerabilidad.
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