A escasos días de las Fiestas de la Candelaria, los veracruzanos que tuvieron la buena-mala suerte de salir premiados con “muñeco” el día de Reyes deberán preparar los tradicionales tamales para acompañar la festividad.
El tamal es un platillo ampliamente consumido en toda la república mexicana, pero la variedad de preparados con los que se cocina en el sur le dotan gran importancia cultural y popularidad.
En Veracruz, el consumo del tamal es sumamente común. El platillo se encuentra en todos lados y se comercializa por las calles todos los días. Dentro de la entidad este platillo también presenta muchas recetas distintas, sin embargo, la más común es la del conocido como “tamal de masa”.
Sin embargo, el tamal de masa jarocho guarda similitudes con otro platillo hermano del estado de Oaxaca. Por tanto, para evitar malos entendidos te compartimos las diferencias entre uno y otro.
En primer lugar, tenemos el tamal veracruzano, que se elabora con granos de elote tierno molido, queso, tequesquite y manteca de cerdo. Se rellena normalmente con carne de cerdo o pollo guisado y se envuelve en la icónica hoja de mata de plátano.
Por su parte, el tamal oaxaqueño también se envuelve en la misma hoja, hecho que puede dar lugar a confusión. Sin embargo, a diferencia de su platillo hermano, este se rellena con mole negro elaborado a partir de tres tipos de chiles: ancho, chilhuacle y mulatos.
Ambos tamales son comidas sumamente deliciosas, populares y con una extensa tradición en sus respectivas regiones. Una vez más la gastronomía mexicana refleja el crisol cultural que compone a la nación.
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