“¿Juegas conmigo?”, preguntó un pequeño a uno de los guardias que cuida el Museo de la Ciudad de Veracruz, ubicado en la avenida Ignacio Zaragoza, en el mero centro de la ciudad.
El guardia, de apenas un par de meses asignado al museo, ignoró al muchachito pero al voltear para preguntarle sobre sus padres éste ya había desaparecido.
Con los nervios desbordados y la piel helada espero que acabara su turno para contar la historia a su compañero de relevo, quien a carcajadas escuchaba la impresión del novato vigilante del Museo de la Ciudad.
“No te burles, te juro que es verdad”, dijo el guardia a su compañero, quien de pronto cambió su rostro y le dijo con seriedad: “Te creo, se llama Carlitos y te voy a contar lo que sé, es su historia”...
Lo que hoy es el Museo de la Ciudad de Veracruz, en el siglo XVIII era un hospicio y se llamaba Manuel Gutiérrez Zamora, en este lugar, por más de 100 años albergó a niños, ancianos y enfermos.
Así fue entre 1870 y 1967, y con tantos años también ocurrieron muertes y hechos trágicos, pero destacó el caso de Carlitos, un niño huérfano de entre 9 y 10 años que era muy travieso y juguetón.
Cuanta la historia que en una ocasión el pequeño Carlitos fue sacar agua al aljibe y al jalar la cubeta el peso lo jaló a él y cayó adentro, allí falleció ahogado, y fue hasta después de un buen rato que advirtieron que Carlitos había desaparecido, hallándolo más tarde en ese lugar.
Desde entonces, en el Museo de la Ciudad de Veracruz se cuentan historias sobre la presencia del pequeño Carlitos, por las noches se escuchan como corren por los pasillos o niños que juran haber jugado con Carlitos pero dicho pequeño desaparece ante sus ojos.
Quienes han visto a Carlitos lo describen como un niño de entre 9 o 10 años, quien porta el cabello rapado y usa un uniforme de camisa blanca, overol azul y zapatos negros desgastados.
En una ocasión, los vigilantes hicieron llamar a la Policía de Veracruz pues juran haber escuchado que alguien corría por los pasillos y al prender todas las luces no encontraron a nadie.
Son muchas personas que aseguran haber visto y hasta hablado con Carlitos, y creen que el niño se siente solo y ni siquiera sabe que está muerto.
Es el niño fantasma que vaga por los pasillos del Museo de la Ciudad. Así que si visitas este recinto histórico en Veracruz, no tengas miedo, es Carlitos que quiere jugar.
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