La ciudad de Veracruz mantiene viva su historia. No sólo eso, sino también de pie, prácticamente de manera literal.
En el primer cuadro de la ciudad porteña, existe un edificio que tiene un contexto cultural e histórico más importante de lo que se pueda llegar a imaginar, ya que es de los primeros asentamientos de la Villa Rica.
En este sentido, la orden de los franciscanos fue la primera en establecerse en la Nueva España, llegando a Veracruz el 14 de mayo de 1524, donde construyeron un convento.
Al trasladarse a dicho asentamiento, en el año 1600, les fue otorgado por el virrey una manzana completa frente al mar.
Ocupado por lo que fue la Iglesia del antiguo Convento de San Francisco, el cual se instaló en lo que era la tercera calle de la playa (frente al mar), a principios del siglo XVII, cuya construcción, en sus inicios, era de madera e incluía una torre-campanario.
"El actual edificio fue construido de mampostería en 1715, con recursos económicos de la Universidad de Mareantes de Sevilla, ya que los franciscanos daban alojamiento, alimentos y atención médica a los marineros que llegaban a Veracruz.
"La arquitectura del edificio es de estilo Toscano. La iglesia consta de tres naves: la central es muy alta y ventilada, su puerta principal mira al este; las naves laterales son bajas, tiene forma de crucero según lo estipulado por las ordenanzas de la época, su cúpula está iluminada por cuatro ventanales y la linternilla es ciega.
“Mientras que su torre campanario fue la más alta cercana al mar consta de tres cuerpos y están bellamente adornadas a cada lado con pilastras dobles entre los arcos", señaló Ricardo Cañas Montalvo, encargado del Museo de la Ciudad "coronel Manuel Gutiérrez Zamora".
La construcción pasó a ser propiedad del gobierno durante la Reforma, motivo por el cual "adopta" su nombre.
Con la Ley de la Nacionalización de los Bienes del Clero, este edificio le fue expropiado a los franciscanos para, posteriormente, ser ocupado un tiempo como bodega de la aduana.
Pero desde el 5 de mayo 1871, albergó la primera biblioteca pública de la ciudad que se le conoció como “Biblioteca del Pueblo”, la cual fue creada por el gobernador Francisco Hernández y Hernández.
En 1872, le fue instalado un faro de aceite en la parte superior de lo que fue el campanario, el cual funcionó hasta 1910 y por haberse inaugurado en el año del fallecimiento de Benito Juárez, lleva su nombre en homenaje.
"El faro fue bombardeado en 1914 por el buque norteamericano 'Chester', ya que en la parte superior había dos veracruzanos defendiendo la nación, los cuales fallecieron por los impactos.
Fue hasta 1791 que era permitida la inhumación de cadáveres en el interior de las iglesias, y San Francisco no fue la excepción.
"Una de esas tumbas se encuentra en exhibición, debido a que se trata de la señora Ángela Cortés y Arellano, bisnieta de Hernán Cortés quien falleció el 18 de junio de 1663.
Su lápida es la más antigua de la ciudad y está escrita en castellano antiguo, la cual versa:
AQVI YAZE LA MVY NOBLE
SEÑORA DOÑA ANGELA CORTÉS Y ARELLANO
VIZNIETA DEL GRAN CAPITAN
Y FAMOSO CONQVISTADOR
DE ESTE REYNO
DON FERNAND CORTÉS
FVE SV FALLECIMIENTO
A DIEZ Y OCHO DE IVNIO
DE 1663", agregó Cañas Montalvo.
Más tarde, en el año 1901, se llevaron a cabo los festejos de la fundación de Veracruz, y para 1968, el presidente Gustavo Díaz Ordaz lo declara “Recinto de la Reforma”, en el que se puede apreciar la efigie del Benemérito de las Américas, así como de los próceres de la Reforma.
Actualmente, el Museo Recinto de la Reforma continúa localizado en la esquina de la calle Morelos y la avenida Benito Juárez, con un horario al público de martes a domingo, de 10 de la mañana a 5 de la tarde.
Cuenta con acceso gratuito y el edificio se encuentra bajo el resguardo del Ayuntamiento de Veracruz.
/pn
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