Decenas de jarochas y jarochos ataviados con su traje típico irrumpieron en el Zócalo de Veracruz y con sus zapateados al son de La Bruja y de La Bamba rompieron la cotidianidad de ese espacio rodeado por el Palacio Municipal y la Catedral de Veracruz.
De esa forma concluyó el Primer Simposio Nacional de Danza Folclórica que se realizó durante 3 días, con participación de bailarines de 23 estados de la República Mexicana.
Turistas extranjeros que recorrían el centro histórico de Veracruz literalmente enloquecieron, capturando con sus cámaras esas estampas típicas jarochas en una presentación a la que se anunció como ‘Jarochada’, musicalizada por el Grupo Nematatlín, de la Universidad Veracruzana.
Al final, los asistentes se deshicieron en aplausos y en comentarios positivos.
Cultura genuina
Previamente, en entrevista el director de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana, Alfonso Colorado, resaltó que los académicos no sólo estudian a la cultura "alta" ni ignoran a la mal catalogada como "baja", pues hizo hincapié en que no hay ni una ni otra: toda expresión de los pueblos es genuina y valiosa.
"Esto es conocimiento, es información: hay detrás una tradición y cada elemento cuenta, cómo están vestidos los bailarines, la música cómo está tocada, la letra de la música que se canta, cuenta el pregón improvisado porque es una tradición el saber improvisar, eso es una cultura literaria, hay que saber.
"Esa diferencia que se hace entre alta y baja cultura es un prejuicio, eso es inoperante. Este Simposio muestra evidencia de que la tradición folclórica es una tradición muy antigua, muy valiosa, muy sofisticada, y las relaciones del son jarocho con la música clásica y la barroca son estrechas, y esta música contiene historia, hay mucha historia detrás de esta música y es deber de la Universidad y de las instituciones educativas y culturales rescatarlo, estudiarlo, analizarlo", subrayó Colorado.
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