A un mes de que llegue la Navidad, vendedores de pinos navideños esperan ventas que les permitan recuperar su inversión y tener buena ganancia.
Rubén Castro Romero, del estado de Puebla, en la colindancia con Veracruz, es un comerciante de pinos instalado provisionalmente en la avenida Vicente Guerrero entre Juan Soto y Hernán Cortés, en plena zona de mercados, y admite que las ventas son un albur.
Ofrece pinos mexicanos, como el árbol Vikingo que se da por Xalapa, Veracruz; e importados desde Estados Unidos y se trabaja por 4 a 5 variedades de pino.
"Está el que es cien por ciento aromático, que es el que se llama Balsam; y tenemos el Douglas que es de importación de Oregon, Estados Unidos; y también manejamos árboles que son cien por ciento canadienses, que es como color gris y parece bonsai.
"Estamos dando variedad de árbol que mide entre 1.60 y 1.80 metros de alto, que estamos dando entre mil 200 y mil 100 pesos, varía", señaló Castro Romero.
Dejó en claro que ellos no son vendedores ocasionales y por el contrario, cada año están en la zona de mercados en la ciudad de Veracruz, conscientes de que el negocio es un albur y que no siempre se gana como se pretende.
"Esto es una moneda en el aire: o bien se puede vender o bien se te puede quedar; depende de la economía del comprador (...), estamos llegando apenas y no hemos vendido bien todavía...
"La verdad, esto se ve lento, no hay mucho dinero que digamos; la gente se espera y hay otros que van al día y esperan el aguinaldo para comprar, pero aquí seguiremos al pie del cañón", recalcó Castro Romero.
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