Los prestadores de servicios turísticos en la ciudad de Veracruz se alistaron para recibir clientela, pese a la mañana nublada y con una muy leve llovizna, mientras en la avenida Independencia se preparaban para recibir comensales y bebedores.
Sobre la calle Insurgentes Veracruzanos, a un costado del Mercado de Artesanías 'Miguel Alemán Valdés', un autobús turístico con terraza integrada (Turibús), esperaba clientes.
Sobre la misma vialidad, a pocos pasos, tranvías turísticos de madera y sin paredes también estaban listos para recibir visitantes y llevarlos a recorrer el centro histórico de Veracruz.
Además, esa calle estaba cerrada en su cruce con la avenida Landero y Cos, pero el semáforo seguía activo y pese a ello, los conductores se pasaban el rojo en vez de detenerse para permitir el cruce de peatones.
En la cuadra siguiente, en Mario Molina y Zaragoza, 2 elementos de Tránsito platicaban alegremente, en vez de que uno de ellos acudiera a ver qué pasaba.
En la avenida Independencia, desde Mario Molina a Miguel Lerdo, personal del ayuntamiento de Veracruz resguardaba celosamente las vallas metálicas colocadas para impedir el paso de automovilistas.
Cabe destacar que en los cafés del centro histórico y en alrededores del Malecón de Veracruz se apreciaba una afluencia considerable de turistas.
Algunos preguntaban si ya estaba abierto San Juan de Ulúa al público, o si ya había acceso al Acuario de Veracruz.
En tanto, dueños de bares y restaurantes de la avenida Independencia se preparaban para un segundo fin de semana peatonal y poder sacar sus mesas a esa calle, cerrada a los automovilistas.
A su manera, todos esperaban el repunte de la actividad económica, aunque la emergencia por el coronavirus aún está muy lejos de terminar y la verdadera normalidad todavía se encuentra muy lejana, pues las autoridades de Salud siguen reportando contagios y defunciones.
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