Durante poco más de tres horas, un grupo de habitantes de la colonia Las Amapolas, mantuvieron bloqueos parciales y al final total de la carretera federal Veracruz-Xalapa para exigir que les cumplan con la obra pública prometida.
Han sido cerca de 30 años sin que la infraestructura urbana haya llegado verdaderamente hasta este sector, que es uno de los más densamente poblados de toda la conurbación, donde las calles están ‘para llorar’.
Decenas de colonos decidieron salir a las calles alrededor de las 4 pm con algunos tramos de cable, piedras y llantas para realizar el bloqueo en las laterales del distribuidor vial que pasa frente a la entrada de su colonia.
En un principio parecía que la manifestación surtiría el efecto deseado y autoridades gubernamentales irían para escucharles, pues a los pocos minutos de haber iniciado llegaron elementos de la Policía Estatal y Naval.
Sin embargo, luego de un breve diálogo los oficiales se retiraron ya que los inconformes deseaban hablar con personal del gobierno municipal para que escucharan sus demandas y solo entonces se retirarían.
Se trata de kilómetros de calles que se encuentran en condiciones deplorables, pues aunado a la falta de mantenimiento, solo han arreglado algunas secciones pequeñas en la periferia de la carretera, pero quienes viven al fondo están en el olvido.
Luego de que las autoridades no acudieron para escuchar su reclamo, los colonos decidieron tomar la bajada del puente de Amapolas en el carril que va con dirección de Tejería a Cabeza Olmeca para meter presión.
Ahí los ánimos se fueron calentando entre manifestantes y automovilistas, dado que estos últimos comenzaron a desesperarse ya que no podían avanzar ni retroceder, por lo que en repetidas ocasiones se hicieron de palabras.
Elementos de la Guardia Nacional lograron dialogar durante algunos momentos con los inconformes e incluso parecía que retirarían la manifestación, sin embargo, esto estaba aún muy lejos de terminar.
Decenas de habitantes, hombres, mujeres y hasta niños se trasladaron hasta la última salida de su colonia, a unos 200 metros del puente, donde ya con cuerdas, más llantas, piedras y una cadena humana bloquearon los dos carriles de la carretera.
Pocos minutos tuvieron que pasar para que el pandemónium se terminara por desatar entre manifestantes y automovilistas, ciudadanos enfrentándose entre sí, mientras las autoridades de los tres niveles de gobierno hacían oídos sordos.
La tensión fue escalando minuto a minuto y de los gritos y amenazas, rápidamente pasaron a los jaloneos cuando las ocupantes de un automóvil azul descendieron del mismo para intentar quitarle la cuerda a las personas del plantón.
Esto claramente no terminó bien, pues una vez que lograron tirar dicha cuerda, un joven automovilista en un Volkswagen tipo GT color naranja lanzó su unidad y estuvo a milímetros de atropellar a al menos cuatro personas.
Estas últimas no se quedaron con las ganas y le lanzaron varias piedras al auto antes de que pudiera alejarse; algo que también intentaron las ocupantes del Nissan March azul que habían conseguido bajar el cerco.
Iracundos, los manifestantes al ver como también les lanzaron el vehículo también arremetieron contra ellas y de un par de pedradas, lograron romperles la ventanilla trasera derecha y el medallón.
Durante algunos momentos más, los habitantes de Las Amapolas lograron mantener control del plantón, aun cuando todas las autoridades se negaron a escucharlos para que les cumplieran el arreglar sus calles como tantas veces les habían prometido.
Otros automovilistas finalmente comenzaron a quitar la cuerda por completo hasta que los manifestantes tuvieron que replegarse, ya que autos, motos, tractocamiones y autobuses se lanzaron sin importar si los atropellaban.
Los oficiales de la Guardia Nacional finalmente no fueron más que meros testigos de lo sucedido, pues las ocupantes del vehículo March azul pidieron proceder contra quienes se los dañaron, pero estos se lavaron las manos y simplemente se retiraron de ahí.
Al final, poco antes de las 8 pm la circulación fue reabierta en su totalidad, los habitantes de las Amapolas nunca fueron escuchados por las autoridades gubernamentales y los automovilistas afectados por el bloqueo se tuvieron que retirar con el enojo entre los dientes.
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