> Clases presenciales cada dos meses para los más de mil 800 alumnos, critican padres de familia
Caótica situación viven alrededor de mil 800 alumnos, así como el personal que labora en Bachilleres de Veracruz, ya que toda la planta alta está inhabitable, al grado de que Protección Civil clausuró las escaleras que dan acceso al segundo piso, para evitar riesgos, denunció la Asociación de Padres de Familia de los diversos turnos de la institución educativa.
En el edificio histórico funcionan cuatro escuelas: bachilleres matutino con 760 estudiantes; el colegio del turno vespertino con 636 jóvenes, el sabatino con alrededor de 250 alumnos y la escuela INOCO con 150 muchachos, quienes se ven afectados al no poder usar las instalaciones de la segunda planta, porque el techo tiene daños serios, como filtraciones y otros deterioros causados por la misma humedad y el abandono de la larga cuarentena.
De acuerdo a la Asociación de Padres de Familia, la situación del edificio que alberga a la institución educativa es complicada, ya que la propiedad le pertenece al municipio de Veracruz, y la escuela corresponde al Gobierno del Estado, por lo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia no accede a dar los permisos correspondientes para las reparaciones en la losa del techo.
“Ojalá que el gobierno municipal vea la situación apremiante en la que se encuentra la institución y acelere una reunión extraordinaria del Cabildo, para que acepten donar el terreno al gobierno del Estado, con destino a la Secretaría de Educación, para que a través del Instituto de Espacios Educativos autoricen que se haga la reparación de la loza y que se ponga en condiciones adecuadas para que el alumnado pueda tomar sus clases”, dijeron los padres de familia.
El más afectado es el turno matutino, pues todas sus oficinas están ubicadas en la planta alta, por lo que ahora el personal debe trabajar abajo, en los pasillos, ya que se quedaron sin oficinas.
Aunque desde el mes de octubre debían de retomar las clases escalonadas, la crítica situación del edificio les ha llevado a tener periodos muy largos entre una clase presencial y otra.
Se echan la bolita
De acuerdo a la señora Carolina de León Cruz, presidenta del Patronato de Padres de Familia, todas las autoridades se echan la “bolita”, pues ya han acudido con todos sin obtener una solución.
Para el turno matutino de Bachilleres de Veracruz, la situación no es más sencilla, ya que cuenta con 20 grupos que se van rolando los salones, y por cada grupo que asiste a clases presenciales se divide al alumnado, para no rebasar la cantidad de 20 estudiantes por salón. Una mitad asiste los lunes, miércoles y viernes; el martes y jueves la otra mitad y la siguiente semana es a la inversa, por lo que a cada grupo le toca tener clases cada mes y medio.
En el caso del turno vespertino una semana entera asisten la mitad y la otra mitad a la siguiente semana, ya que cuentan con dinámica diferente, sin embargo, el resultado es el mismo, clases presenciales muy espaciadas, de hasta cada dos meses.
Los afectados aseguran que si el plantel tuviera habilitada la segunda planta, los alumnos podrían asistir a clases cada 15 días, sin embargo, con apenas 9 salones, les toca tomar clases presenciales hasta cada dos meses.
Sin internet para clases virtuales
Sin contar las complicaciones que padecen los maestros para cumplir con sus clases presenciales y virtuales, pues en el colegio el internet no sirve, por lo que deben de trasladarse a sus casas inmediatamente después de dar una clase presencial para conectarse con los alumnos que toman la clase en línea, algo que en muchos casos es físicamente imposible, por lo que los maestros están sometidos a mucho estrés.
Los padres piden a las autoridades correspondientes que se les brinden las facilidades para resolver esta situación lo más pronto posible.
“Ya estamos mentalizados en que estos desperfectos no entran en el presupuesto de este año, por lo que pedimos que se contemplen en el proyecto financiero del próximo año”, aseguraron.
Rebasados en gastos
Reconocieron que en un principio estaban dispuestos a correr con los gastos de reparación, de lo que pensaron sería una impermeabilización, por las filtraciones que presentó el edificio, inundando salones de clases y otras áreas, sin embargo, ya vieron que la problemática los rebasa.
“Nosotros nos ofrecimos a hacer las reparaciones, con recursos propios, pero ya vimos la dimensión del problema y definitivamente rebasa nuestra capacidad económica, por más que querramos hacerlo, no tenemos los recursos para solventar estos gastos”, indicó la presidenta de la Asociación.
“Los gobiernos federal, estatal y municipal desean que todos ya estén en clases pero en estas condiciones no se puede, por lo que es urgente que se realicen las reparaciones necesarias para que los alumnos y el personal pueda ingresar sin riesgo alguno al plantel”, exhortó.
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