A lo largo de la carretera Veracruz-El Tejar se han instalado varios puestos que ofrecen en 140 pesos un ejemplar de más de tres kilos de jurel, uno de los pescados que se puede guisar en barbacoa, zarandeado o frito. Ésta es la alternativa que decidieron adoptar los pescadores y vendedores ambulantes para sobrevivir durante la pandemia por COVID-19, que ha dejado sin fuente de ingresos a millones de mexicanos.
Ahí, a un pie de la carretera, a la altura de Las Vegas, se encuentra el primer puesto, donde se exhiben los pescados, colgados en la improvisada "tienda", muy bien amarrados con un cable.
Desde sus vehículos los automovilistas alcanzan a observar al gran animal marino que puede convertirse en un exquisito platillo de sashimi, ceviche o aguachile, otras de las recetas con las que también se prepara ésta especie, además de que se puede cocinar empapelado, frito, asado o ahumado.
En esta Semana Santa, que los mexicanos se ven obligados a vivirla resguardados en sus casas, comer pescado, encierra una noble acción para quienes pueden comprarlo, con la intención de ayudar a los pescadores veracruzanos, que salieron a ganarse unos pesos para llevar comida a sus familias.
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