Con un exhorto a las autoridades a "que se pongan las pilas" el presidente de Earth Mission, A.C., Jorge Armando González Ramírez, advirtió que la irresponsabilidad humana está arrasando con las pocas especies animales que subsisten en la zona de manglar en Alvarado y Boca del Río.
Resaltó que la zona de manglar se extiende desde Arroyo Moreno y atrás de La Tampiquera, en un mismo sistema, hasta Mandinga, humedal que se ha visto afectado por el crecimiento de la mancha urbana de Boca del Río y su confluencia con Alvarado en la Riviera Veracruzana.
Además de llenar de viviendas una zona en donde no se debía, la irrupción humana en forma diaria y permanente, con todo y sus automóviles, fue el inicio del exterminio de especies ya amenazadas por ese crecimiento que no tomó en cuenta a la naturaleza, dijo.
“En peligro de extinción, el puercoespín, oso hormiguero, la boa constrictor. De aves tenemos pericos cachete amarillo, el coyote no está en peligro pero también aparece y también ha sido atropellado. Van 4 en peligro de extinción.
“Tenemos también en peligro de extinción, no protegida, la nutria, aparece la nutria. Tenemos halcón peregrino, tenemos cernícalo americano (halconcito colorado), águila aura, nada más ahorita en este conteo, pero son más”, explicó González Ramírez.
LOS DAÑOS
El activista recalcó que el gran problema es que en las últimas décadas se permitió construir fraccionamientos en áreas pobladas por animales, y éstos se convirtieron en un estorbo para quienes compraron vivienda. Entonces la naturaleza quedó relegada a segundo término.
Lamentó que se haya construido en un área de alta biodiversidad, un manglar, sistema muy valioso porque es secuestrador de bióxido de carbono que contribuye de manera directa a amortiguar el cambio climático. Además, que al construirse una carretera partió en dos al manglar.
“Esta combinación de factores hace que se aplaste a coyotes, osos hormigueros, boas, puercoespines, zorros, y el cangrejo, que cuando sale es un gran batidero", señaló.
Por lo tanto, ante la imposibilidad de retirar las casas ya erigidas, la única alternativa es tomar medidas y que se comprometan los fraccionadores y habitantes, porque los lamentos no sirven de nada y lo único útil todavía son las acciones, subrayó.
“En los nuevos fraccionamientos condicionar, dejar corredores biológicos, crear pasos de fauna, exigir a los fraccionamientos un plan de manejo de su fauna, porque los animales se meten a las casas y lo primero que se hace es matarlos. Los fraccionamientos deben tener un control interno, haber pasos de fauna y dejar espacios entre fraccionamientos para que los animales puedan ir y regresar.
“Eso es lo que se debe hacer, e invitar a las autoridades a que se pongan las pilas en este aspecto porque llevamos 5 años diciendo esto y no vemos que se las pongan; y los ciudadanos, que sigan participando”, aseveró González Ramírez.
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