Después de despedir al Año Viejo y dar la bienvenida al Año Nuevo, con una buena dotación de alcoholes de por medio, a falta de taxi para llegar al hogar, cualquier rincón es bueno en el centro de la ciudad de Veracruz.
A ellos se suman quienes no tienen casa y eligen cualquier espacio en donde puedan acomodarse para pasar la noche y recibir las primeras luces del nuevo amanecer, lo mismo los alrededores del antiguo Penal Ignacio Allende que los bajos del Palacio Federal en la avenida 5 de Mayo, afuera del Parque Ecológico y hasta en la Plazuela de la Campana en la calle Arista.
En el primer día del año 2024, a mediodía todavía se podía ver a menesterosos unos y trasnochados otros, buscando un espacio donde dormir.
Para su suerte, no hubo nortazo y se salvaron de los vientos arrachados.
Ellos simplemente llegan al sitio, buscan, tocan y si algo les convence, se acurrucan y en segundos ya están roncando, desconectados de la realidad.
Total, no tienen nada que perder porque no llevan dinero ni ropa de marca, sino trapos que evidencian la falta de lavada en mucho tiempo.
Es parte de la resaca del año viejo, el 2023, que se fue y dio su lugar al 2024.
/lmr
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