Subdirección de Estudios y Pronósticos Meteorológicos de la Secretaría de Protección del estado dio a conocer que esta semana la zona conurbada Veracruz sentirá los efectos de un evento de norte en Veracruz.
De la tarde del miércoles al jueves, el frente frío número 42 se aproximará al noroeste del Golfo de México, incrementando el potencial para lluvias y tormentas.
Estas condiciones serán más significativas entre viernes y sábado, cuando se pueden presentar acumulados de 70 a 100 mm en cuencas del norte, centro y montaña, extendiéndose hacia al sur, asociado al lento movimiento del sistema frontal hacia el sur.
Durante este periodo, el viento será del" Norte" y alcanzará velocidades de 40 a 50 km/h, con rachas de 60 a 75 km/h en el litoral. Además, se estima que disminuya la intensidad del calor.
Se indicó que, entre martes y miércoles, se desarrollará un evento de" Surada" con rachas de 45 a 60 kilómetros por hora en zonas típicas de montañas, así como en el litoral norte y centro de Veracruz.
En la región de Acayucan, Jesús Carranza y La Chinantla, se esperan rachas de 60 a 75 km, siendo mayores en el Istmo.
Las temperaturas incrementarán y el ambiente será bochornoso, especialmente en llanuras y costas. La probabilidad de lluvias y tormentas se concentrará por la tarde en montaña.
Según la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional del Agua el cambio abrupto de un clima caluroso a un evento de norte (vientos fríos provenientes del norte) puede tener varios efectos adversos en la salud. Estos cambios bruscos pueden afectar al organismo de diversas maneras:
El paso de días muy calurosos a la llegada de un evento de norte puede generar un estrés térmico en el cuerpo, ya que el cambio repentino de temperatura dificulta la adaptación del organismo. El cuerpo puede estar aclimatado al calor intenso, pero los vientos fríos pueden afectar la regulación térmica, aumentando el riesgo de golpes de calor o hipotermia, dependiendo de la severidad del cambio.
Los eventos de norte suelen ir acompañados de vientos fríos y, en algunos casos, de polvo o arena. Esto puede irritar las vías respiratorias, sobre todo en personas con problemas como asma o bronquitis.
Además, la exposición al aire frío de los vientos, después de haber estado en un clima caluroso, puede desencadenar enfermedades respiratorias agudas o infecciones respiratorias.
Durante los días calurosos, el cuerpo pierde una gran cantidad de agua debido al sudor y la transpiración, lo que puede llevar a la deshidratación. Si un evento de norte llega con vientos fríos, esto puede afectar la circulación sanguínea, lo que incrementa el riesgo de calambres musculares, mareos o hipotensión (baja presión sanguínea), debido al cambio repentino en las condiciones ambientales.
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