En pleno centro de Veracruz, aún hay calles con deficiencias primarias, tales como la presencia de aguas negras, esas que dejan un aromatizante muy bueno.
Dando el rol por el primer cuadro de la ciudad, me llegó una pestilencia barbara, fuera de este planeta, pero mi sorpresa fue grande cuando descubrí que si provenía de este planeta tierra, y estaba a unos metros de mí.
Estando sobre la calle González Pagés, me topé con la presencia de una acumulación de aguas negras, mismas que al parecer llevan días escurriendo por la zona.
El flujo de agua abarca González Pagés, entre Miguel Hidalgo y Juan Soto, en plena zona de mercados, en la colonia centro. Ya hasta el color verdoso se alcanza a ver a kilómetros.
Los comerciantes de la zona, ya no aguantan el olor fétido que emanan dichos líquidos, por lo que piden una solución rápida.
Con estos calores, la apestocidad aumenta y no se puede ni caminar por las banquetas que adornan la calle. Las aguas negras se juntan con el agua que arrojan los departamentos aledaños, creando aún más un foco de infección para las personas.
Mis cuates piden que sea resuelto este problema que ya tiene su tiempo. Urge un desazolve en la zona para evitar que más calles se infesten de malos olores, es increíble que aún sigan las calles presentando estás afectaciones.
Yo me voy, esperando que en mi próxima visita por la zona centro, este problema de aguas negras ya no esté, y no exista en ningún otro lado del primer cuadro de la ciudad.
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