La delincuencia pretende extorsionar a cuentahabientes mediante llamadas telefónicas en las que algunas personas se hacen pasar por empleadas de bancos para sacarles información y vaciarles sus cuentas.
Real o ficticia, la grabación de una supuesta llamada telefónica exhibe una de las muchas formas en las que se pretende engatusar a quienes tienen dinero en un banco específico, aunque el peligro es para cualquiera.
Un hombre al que la voz de una mujer alude como “señor Villarreal” llama al banco para exponer la situación, y es transferido por “Karen” a un “asesor de Cancelaciones y Cargos No Reconocidos”. De inmediato responde una voz femenina que se identifica como “Ximena”.
Al hombre le habrían llamado para notificarle cargos que él no reconoce, y por ello la mujer que del otro lado de la línea se presenta como “Karen” lo transfiere a una extensión y responde “Ximena”.
La dama identificada como “Ximena” le informa que lo que él recibió fue una llamada preventiva, que la conversación entre ella y él está siendo grabada y monitoreada “con fines de servicio” y que los datos que se manejen por esa vía están protegidos por la Ley Federal de Protección de Datos Personales.
A pregunta de la supuesta empleada sobre si cuenta con aplicación móvil de su banco, el hombre responde que no. Ella le dice que entonces, para poder verificar la información él debe proporcionarle su “Código de Cliente”, pero “Villarreal” dice no conocerlo y entonces “Ximena” le pide los 16 dígitos de su plástico bancario.
En ese punto el hombre estalla en risas y le dice a la mujer que está muy clara la intención de cometer un fraude, pero no contaban con que él no tiene tal cuenta bancaria y por lo tanto se quedarán con un palmo de narices.
(Supuesta empleada):
-Tú has de ser comediante, ¿no?
(Cliente):
-Usted también. ¿Qué creía, que me iban a sacar información?
(Supuesta empleada)
-No, pos sí… es muy pendejo para tener una cuenta.
(Cliente)
-Claro. Pos no soy tan pendejo… pues ahí están ustedes pa’ serlo (risas).
(Supuesta empleada):
-Tengo su información. Con eso me basta.
En otra parte de la conversación el hombre le sugiere a la mujer que se ponga a trabajar, y así concluye la llamada sin que se consume ningún fraude.
(Cliente):
-Está muy fácil, wey, ponte a jalar en algo que te deje lana. ¿No te da vergüenza andar robando?
(Supuesta empleada):
-Eso me deja mucho, ¿eh?
(Cliente):
-Pos yo creo…
(Supuesta empleada):
-Me deja mucho.
(Cliente):
-Pos sí, hay mucho pendejo en la calle, sí es cierto.
(Supuesta empleada):
-Pues sí.
(Cliente):
-Pos mucha suerte, ahí chingando, agarren a alguien, a ver quién les suelta información.
(Supuesta empleada):
-Gracias.
(Cliente):
-Ándele, pásela bien.
‘Profesionales’
Cabe señalar que muchas estafas se cometen por vía telefónica porque los delincuentes montan escenarios tan creíbles, que las víctimas caen redondas pues piensan que en verdad les está hablando un ejecutivo o una ejecutiva del banco.
Los “profesionales” del fraude les sacan información, en particular los 16 dígitos de su número de cuenta, pues basta con que le mencionen los últimos 4, para que la víctima confirme y les dé la llave de acceso, o si empieza a discutir al calor del coraje libera información en forma indebida.
La recomendación de las autoridades es que ante una llamada de esa naturaleza cuelguen el teléfono de inmediato, porque los bancos no hacen llamadas para pedir esa información que es confidencial y no se debe proporcionar a nadie.
En un caso así, lo mejor es acudir personalmente a la sucursal donde se tiene la cuenta y hacer todas las aclaraciones cara a cara con el ejecutivo o ejecutiva, no por teléfono ni por internet.
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