En los últimos años la ciudad de Veracruz ha perdido fuentes artísticas en forma paulatina y en algunos casos las han sustituido por chorros de agua, sin justificación verdadera, supuestamente para “embellecer” el entorno urbano.
Para no ir muy lejos, todavía en la administración municipal de Ramón Poo Gil (2014-2017) se retiró de la Plaza de la República la fuente conocida popularmente como ‘de los pescadores’ y se talaron árboles de todo ese espacio para supuestamente embellecer el espacio.
El resultado no agradó a nadie.
El presidente de la Fundación de la Crónica de Veracruz, Miguel Salvador Rodríguez Azueta explicó que en el Veracruz antiguo aparecieron las fuentes en la ciudad, pero no como adornos urbanos, sino “Ya desde el siglo 18 hay algunos proyectos: la introducción del agua potable en Veracruz, el abastecimiento a través de 5 fuentes públicas ubicadas estratégicamente cerca de algunos conventos, como es el caso del Convento Franciscano, el Convento Jesuita.
“Existió una fuente en lo que actualmente es el parque Obregón, la fuente San Antonio, cuya imagen todavía se encuentra en resguardo del Instituto de Antropología e Historia”, explicó Rodríguez Azueta.
En los alrededores de la ciudad existían fuentes naturales de agua y se creó una infraestructura con la tecnología de aquellos tiempos para traerla desde el sur de la ciudad hacia fuentes alas que acudían los pobladores para llenar sus recipientes y llevarlos a casa, dentro del casco urbano.
No hay que olvidar que el río Tenoya, antiguamente al aire libre, en algún momento sirvió para proveerse de agua, aunque a la postre se volvió un espacio sucio porque le arrojaban toda clase de desechos. Pero era lo que había, y aún existe y pasa por debajo del suelo en los alrededores del Parque Zamora.
Ya en el siglo 20, con la masificación de la electricidad, las fuentes dejaron de ser abastecedoras de agua y entonces surgió otro tipo de fuentes: las decorativas y artísticas, algunas de las cuales eran visibles hasta hace una década.
“Si hablamos del siglo 20 hablaríamos de fuentes como la de Las Sirenas, que se ubicaba en el Parque Zamora, que también desapareció.
El presidente de la Fundacrover recordó algunas que todavía en la segunda mitad del siglo 20 adornaban las vialidades en la ciudad de Veracruz.
Una de ellas era la Fuente de los Niños Pescadores en la glorieta de Díaz Mirón y Tuero Molina, que también fue reubicada en los años recientes en la avenida Allende Norte, cuando se mandó quitar la glorieta en la que se asentaban, en la avenida Salvador Díaz Mirón.
“Hoy se encuentra en lamentables condiciones. Por otro lado, está el monumento Fuente a la Veracruzaneidad, que se encontraba en la Plaza de la República. Otra fuente muy interesante se ubicaba cerca de los Cines Toña la Negra y Agustín Lara en Díaz Mirón, era una fuente alegórica a un caracol y a un caballito de mar y se llamó esa parte ‘de los Flamingos’.
“Allá todavía por los años 70 estaban estos animalitos, los flamingos ahí en el parque; poco a poco fueron muriendo por la contaminación y algún otro maldoso que les arrojó una batería una vez, salió en un diario que le encontraron a la pobre ave una batería en el estómago”, añadió Rodríguez Azueta.
Otra fuente que se mandó quitar hace cerca de 2 décadas era la del Callejón Lagunilla y nadie supo en dónde se encuentra, aunque se dice que en el domicilio de algún exalcalde.
Una fuente cuya desaparición ha sido de las más lamentadas por la población porteña es la que se ubicaba en la Plaza de la República, frente al edificio de la Antigua Aduana de Veracruz.
En ese punto, como en otros, se llevaron un trabajo artístico sin explicar a la ciudadanía en dónde quedó, y lo sustituyeron por un mecanismo eléctrico, supuestamente una bomba, que lanza chorros hacia arriba.
“Otras de las fuentes se encontraban en algunos callejones, pero desafortunadamente se han ido perdiendo, la gente las utilizaba como basurero, y debemos recordar también que este tipo de fuentes son parte importante en el imaginario histórico y colectivo de la ciudad de Veracruz”, remarcó Rodríguez Azueta.
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