Agoniza el ‘Viveros’

El Parque Botánico y Zoológico Miguel Ángel de Quevedo no cumple con los objetivos de un zoológico que, de acuerdo al texto “Los Zoológicos de la Ciudad de México” editado por la Secretaría del Medio Ambiente en el periodo 2006-2012, son educar, comunicar y capacitar, tanto al personal que labora en ellos como a los visitantes, para lograr una integración total entre estos, por lo que el “Viveros” veracruzano no reúne los elementos para ser considerado ni parque botánico, ni zoológico.

“Los zoológicos de la Ciudad de México se han transformado de sitios de recreación a centros de conservación de la diversidad biológica, con objetivos de brindar educación ambiental, generar información científica y la recuperación de especies en peligro de extinción. Varias especies de fauna silvestre de México, y el mundo, han sobrevivido debido a los esfuerzos de conservación en los que participan los zoológicos”, documenta el libro.

México ocupa el primer lugar en el mundo en riqueza de reptiles, el segundo en mamíferos y el cuarto en anfibios y plantas. La diversidad biológica de México se caracteriza por un gran número de especies endémicas, es ahí donde reside principalmente la responsabilidad para conservarlas; si se extinguen en México, desaparecen de todo el mundo.

De acuerdo a Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), el estado de Veracruz ocupa el tercer lugar nacional en diversidad de especies, situado solo después de Chiapas y Oaxaca.

Del esplendor al horror

Construido en los años 20’s por Miguel Ángel de Quevedo, en ese entonces director del Departamento Forestal de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, el parque era uno de los mayores atractivos para las familias porteñas.

Con el paso de los años y el cambio de gobiernos, el parque mejor conocido como “Viveros” ha ido quedando en el olvido, y con él, cientos de animales se encuentran totalmente desatendidos.

“Esta situación no es nada más de esta gestión, todas las que han pasado, ninguna le ha invertido el suficiente presupuesto para la fauna que está ahí de manera permanente, también se le ha dado muy poca atención a las instalaciones” expuso Sergio Armando González Ramírez, presidente de la Organización Civil Ambiental Earth Mission.

El descuido también lo han sufrido los vecinos que, desde hace dos años, han tenido constantemente “la visita” de diversos animales que escapan, debido a las condiciones tan deplorables en las que se encuentra el zoológico.

La señora María Elena González Barcelata, vecina del parque zoológico, se llevó el susto de su vida al encontrar en el patio de su casa a dos réptiles, ese sería el primero de varios episodios de terror que viviría a lo largo de estos dos últimos años, eventos que eran esporádicos, pero que se acentuaron durante la pandemia.

“En enero de 2019 fue cuando encontré dos culebras en el patio de mi casa, una medía como un metro y medio y la otra medio metro. Luego me enteré que varias de mis vecinas de la colonia Cándido Aguilar, habían encontrado en sus casas víboras en sus patios, otras entre los barrotes de las rejas de sus terrazas, incluso en las cocinas y alacenas”, detalló.

La pandemia también incrementó aún más el descuido, sobre todo para los animales, muchos de ellos con huellas de desnutrición y con heridas severas, entre otras complicaciones por la falta de alimentación y atención adecuada.

“Las condiciones en las que se encuentra el Parque Zoológico y Botánico Miguel Ángel de Quevedo son deplorables. Así lo pude constatar en persona, pero también los integrantes del Consejo Ciudadano que me acompañaron” posteó en sus redes sociales Ileana Ramírez, regidora Segunda de Veracruz.

“Últimamente se ha visto más el abandono, no le dan el presupuesto necesario, tan solo para alimentar a los felinos grandes se habla de aproximadamente 20 kilos de carne, a eso hay que sumarle la alimentación de todos los demás animales, limpieza y otras cosas” puntualizó, Sergio Armando González.

Salud mental de la fauna

De acuerdo a los especialistas el concepto de “zoológico” anteriormente implicaba la exhibición de las especies en cautiverio total. Por ello se visualizaban instalaciones con cuartos enrejados y pisos de cemento, de tamaño muy reducido, sin sitios de descanso apropiados, como aún se observan en el “Viveros”.

Sin embargo en la actualidad el objetivo de los zoológicos ha ido evolucionando respecto al cuidado de los animales: las investigaciones recientes los conceptualizan como seres vivos que sienten, pueden resolver problemas o retos impuestos y tienen necesidades específicas, algo que está muy lejos de suceder con el zoológico y parque botánico Miguel Ángel de Quevedo.

El espacio es añorado y recordado con cariño por la ciudadanía a la que le tocó disfrutarlo en sus mejores años. Sin duda alguna este parque es uno de los lugares que se tendría que rescatar en el municipio de Veracruz, ya que además ahí se encuentra la laguna más pequeña del mundo y es el principal pulmón de la cuidad.

“Estaba todo muy bonito, tenía un trenecito y todo estaba muy bien cuidado. La época de los 80’s fue la de mayor esplendor del Viveros” comentó la señora Barcelata.

Recordó que las escuelas llevaban a los alumnos a pasear a ese parque y ahí podía comer la gente en el área de la laguna donde había asadores y hasta mojarras.

“Cuando yo estuve en la secretaría de Pesca, la esposa del delegado, vino a sembrar mojarras y había mojarras en la laguna, pero ahora luce muy mal. ¡Ese parque no merece que lo tengan muerto! Cuando tenía el mirador, iba mucha gente, todo estaba muy bonito, ahora está en ruinas”.