Las autoridades federales han buscado diferentes formas de combatir las sustancias prohibidas y ante el incremento de sus efectos nocivos investigadores de la Universidad Veracruzana indicaron que debería considerarse como una en enfermedad.
La adicción a sustancias prohibidas debe considerarse como una enfermedad, indicó Roberto Meyer Gómez, investigador en el Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana ya que su origen es multifactorial.
“Se trata de un mal de origen multifactorial en el que es básico el apoyo de la familia para el logro de la adecuada recuperación”, añadió Meyer Gómez.
En los factores condicionantes existe una parte genética, además de la sociocultural, en que se incluyen cuestiones de orden mental y físico, agregó el especialista y consideró que uno de los síntomas es la negación del problema.
“Se explica también desde un punto de vista neuroquímico, ya que los neurotransmisores actúan en cada receptor específico, lo que aporta enorme complejidad porque con frecuencia se asocia con trastornos de depresión y ansiedad”, complementó.
Un recuento de las drogas y su popularidad a lo largo del tiempo, indicó que recientemente muestran un efecto estimulante más potente.
“Se trata de sustancias que no deberían consumirse porque, incluso a dosis bajas, pueden provocar daño”.
Recalcó que el tratamiento exitoso requiere del respaldo familiar, acudir a grupos de apoyo y tratamientos con terapeuta.
“Ver a la familia como un sistema de roles que se mueven de acuerdo con la necesidad”.
Las consecuencias de las adicciones afectan las áreas familiar, económica, laboral y social, por lo que se recomienda no descuidar la posibilidad de ayuda especializada.
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