A simple vista, todo parece estar bien. Las luces funcionan, los electrodomésticos también. Hasta que de pronto llega una chispa, un apagón, un aroma raro que no sabes de dónde viene. Es en esos momentos cuando la instalación eléctrica, comienza a hablar. Y conviene escuchar.
La falta de mantenimiento puede acarrear muchos problemas, por eso aquí te compartimos tres señales que, si aparecen en casa, conviene no ignorar. Porque cuando la electricidad da pistas, casi siempre es por algo serio.
Puede parecer poca cosa. Un foco que parpadea. Una bombilla que se aturde cuando prendes la licuadora. Pero si ese titubeo se repite en más de un enchufe o sucede cada vez que usas un electrodoméstico, hay algo que revisar.
Lo importante no es adivinar. Lo importante es que alguien con conocimiento revise. Porque cuando la luz "parpadea", puede ser el primer aviso de un problema aún mayor.
No siempre es evidente. A veces solo es un aroma leve. Como a plástico caliente, apenas perceptible. Viene y va. Y justo por eso muchos lo dejan pasar. Ese olor puede ser el resultado de:
Si notas este olor en casa, no lo tapes con aromatizante ni lo ignores. Apaga lo que puedas, revisa la zona y busca ayuda técnica. Más vale prevenir un incendio que apagarlo.
Estás viendo la televisión. O quizá planchando. Todo bien... hasta que el apagón te deja a oscuras. Bajas al centro de carga, subes el switch, vuelve la luz. Pasa una vez. Luego otra.
Cuando los disyuntores se disparan sin explicación aparente, algo anda mal. Y no, no es normal tener que subirlos cada semana. Las principales causas pueden ir desde:
En cualquiera de esos casos, lo peor que se puede hacer es ignorarlo. Porque cada "saltada" es una advertencia que puede terminar en pérdida de aparatos... o algo peor.
No hace falta esperar a que haya humo para pedir una revisión. Si tu casa tiene más de diez años sin que un electricista la vea por dentro, es hora de agendar una visita.
Lo mismo si notas cualquier irregularidad: chispas, interruptores calientes, enchufes con manchas o fusibles que se funden sin razón.
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