En casi todos los lugares, un parte meteorológico que predice fuertes lluvias anticipa un mal día, mientras que un parte que habla de peligrosas inundaciones no lo quiere oír nadie. Excepto si eres un guía como Aivar Ruukel y vives en el Parque Nacional Soomaa, una turbera en el suroeste de Estonia conocida por inundaciones anuales que pueden alcanzar 8 kilómetros de anchura y 5 metros de altura.
Para decirlo de forma sencilla, esta es la llamada "quinta estación" de Estonia, un período volátil que llega después del invierno y poco antes de la primavera cada año. Nadie puede señalar exactamente qué día llegará, pero este fenómeno anual aparece sin fallar entre marzo y abril, trayendo inundaciones que redefinen el parque nacional como una cuenca anegada, con casas sumergidas, manzanos hundidos y pantanos elevados.
Es el triunfo del agua sobre la tierra y también de la voluntad del ser humano sobre la Madre Naturaleza.
Desafíos
"Cada año llega con nuevos desafíos" -explicó Ruukel, que empieza su 27ª temporada como guía de canoa en la zona- "Cuando llegan las inundaciones, tenemos que averiguar dónde podemos remar de forma segura, pero hay un riesgo inherente al navegar en agua tan fría y en movimiento. Hay que tener cuidado".
"La gente tiene mucha curiosidad por nuestra quinta estación", señaló Algis Martsoo, pionero del “turismo de la quinta estación”, quien realizó su investigación doctoral en 2010 durante la estación de aguas más elevadas en Estonia en medio siglo, cuando el desbordamiento alcanzó una sorprendente altura de cinco metros.
"Se siente como ir en canoa por el Amazonas, y de repente remas por encima de una carretera que está unos metros por debajo de la superficie. Salvaje, ¿cierto?".
Consecuencias del deshielo
Soomaa, que significa "tierra de turbas", está situado en una cuenca baja en las laderas occidentales de las Tierras Altas de Sakala y sus ríos no pueden contener la gran cantidad de nieve derretida que llega de las montañas con el deshielo tras el invierno. Los ríos Navesti, Halliste, Raudna, Kopu, Toramaa y Lemmjogi convergen en Soomaa, pero solo el Navesti fluye hacia el mar Báltico.
La consecuencia de esto es la creación de la zona de inundación Riisa, una cuenca natural que cubre 175 km cuadrados y que se considera el terreno inundable más grande de Europa del norte.
"En verano, el flujo de agua medio por segundo en Soomaa es de 5-10 metros cúbicos", apuntó Jana Põldnurk, jefa de Hidrología en la Agencia Estonia de Medio Ambiente.
"Pero en la quinta estación es 10 veces mayor y el torrente sube hasta 100 metros cúbicos por segundo. Añádale a eso el hecho de que un extraordinario 70% del exceso de agua anual se produce también en estas fechas y obtendrá unos datos sobrecogedores".
Pese a vivir en la capital de Estonia, Tallín, Põldnurk ha presenciado las inundaciones de Soomaa varias veces y supervisa el equipo que monitorea Riisa, la estación hidrológica más cercana río arriba en el parque. Aquí, registros que se remontan casi 100 años muestran que las inundaciones más grandes de la historia se dieron en las décadas de 1930 y 1950.
Población resistente
Noticias de periódicos del año 1931, el año en que la inundación alcanzó una altura récord de 5,53 metros, ensalzan glorias pasadas y el inquebrantable espíritu de los residentes, detallando historias de granjeros que construían embarcaciones para el ganado y almacenaban pan por semanas para evitar morir de hambre.
Alrededor de esa época, diestros habitantes también construyeron sus propios puentes de suspensión y de madera temporales, al tiempo que la canoa haabjas se convirtió en el único medio de transporte.
Cerca de 70 personas, entre foráneos y granjeros, viven de forma permanente en los límites del parque y todos han aprendido a lidiar con el desbordamiento anual.
Las principales carreteras son sobrepasadas, y la mitad de los residentes del parque se quedan confinados hasta cuatro semanas mientras las aguas desaparecen. Aun así, esto crea una sensación de pertenencia que solo la puede entender alguien con una verdadera afinidad por la quinta estación.
El impacto del cambio climático
Lo que también une a distintos sectores en Soomaa son las conversaciones sobre el cambio climático y cómo podría manifestarse pronto en inundaciones incluso mayores y más impredecibles.
Especialmente, según Põldnurk, a medida que los escenarios del clima a largo plazo muestran que las precipitaciones anuales van en aumento: "Sin duda hay un cambio en las características en comparación con el año pasado", manifestó la experta.
"El cambio climático hace que las inundaciones se puedan dar en momentos más inusuales, por lo que es posible que, en el futuro, Estonia tenga una sexta estación".
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