El nueve de abril de 1862, en la ciudad de Orizaba, Veracruz se rompe la Alianza Tripartita, que exigía el pago de la deuda que México había contraído con Inglaterra, Francia y España.
En esta suspensión de pagos,los países a los que se debía (España, Francia e Inglaterra) encontraron el pretexto idóneo para intervenir en el gobierno mexicano. Inmediatamente, las tres naciones suscribieron un convenio por el cual adoptaron las medidas necesarias para enviar a las costas de México fuerzas combinadas por mar y tierra.
Esta intervención tenía el objetivo de cobrar deudas acumuladas desde tiempo atrás y, si bien las demandas no resultaban extrañas, su cumplimiento era difícil en las circunstancias por las que pasaba la República Mexicana.
Ante este escenario, el gobierno juarista se vio obligado a dar una respuesta, enla cual se reconocía la situación ruinosa del erario y, al mismo tiempo, se advirtían los esfuerzos que mantendría para enfrentar dignamente las reclamaciones.
El emperador de Francia, quien era Napoleón Tercero, envió cerca de 6,000 hombres bajo el mando de Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez, quienes llegaron a Veracruz el 6 de marzo de 1862. Y mientras tanto, los soberanos de España y Gran Bretaña disolvieron la alianza tripartita, agraviados por la diligencia de Francia (como dirían mis alumnos “nunca faltan los gandallas”), y se dispusieron a arreglar sus asuntos con México individualmente (aquí reflexiono que ellos también querían parte del pastel. Pobre México).
La intervención francesa vino a cambiar muchas cosas en el diario devenir no solo del puerto sino de todo el estado de Veracruz. Pues, el mestizaje se incrementó. Muchos de los soldados que vinieron se quedaron y formaron familias con damas mexicanas.
Pienso que ellos, al paso del tiempo, deben haber sido quienes dijeron a sus compatriotas que no estaba del todo mal venir a colonizar estas tierras mexicanas. Y al arribar, nos trajeron además del cambio de los tonos de piel, ojos y cabellos, sus costumbres, sus tipos de comidas y bebidas e incluso muchas palabras francesas que se incrustaron en el diario hablar de los veracruzanos.
En el taller de lectura, que facilito, hemos leído ya varias obras que hablan sobre los asentamiento franceses en el estado de Veracruz. Me gusta imaginar cómo habrán sido esos primeros días para los recien llegados, los sabores tan exóticos de nuestras frutas, lo picante de la comida, el calor húmedo, las torrenciales lluvias, los mosquitos, los animales silvestres de la región. Y llego a la conclusión de que muchas cosas les deben haber gustado.
Regresando al taller de lectura, hace unos meses leímos una obra titulada “Te querré más todavía” de la señora Norma Blanco Massberg. La cual trata sobre una historia en la que la cultura francesa y mexicana experimentan un proceso de transculturización y narra la vida de dos mujeres: Catherine y Marie, abuela y nieta, cuyas vicisitudes, separadas por el tiempo, llegan a ser similares.
Es una historia de amor, pasión con el aroma de la vainilla. Así es como describe la escritora veracruzana Norma Blanco Maasberg la trama de su primera novela titulada, como ya dije, “Te querré más todavía”,obra recién puesta en circulación por la editorial Planeta. Entre los integrantes del taller de lectura (que por cierto se llama Quillo Ora leey los integrantes decidieron ser los Quillos), la obra de la señora Massberg despertó muchos comentarios.
El 24 de abril de 1833 llegaron los primeros colonos franceses, en su mayoría procedentes de Dijón, en el actual departamento de Côte-d’Or y de Champlitte. Ellos llegaron al poblado de Jicaltepec ubicado sobre la margen derecha del río Nautla. Estas familias, en su mayoría campesinos, tenían como objetivo fundar una granja colectiva, para lo cual les ofrecieron casas y tierras, pero fueron engañados, no había nada y empezaron a luchar contra el clima y los peligros de la selva tropical.
La novela es estupenda, llena de momentos muy electrizantes Aquí, el personaje de la abuela es el de una mujer impulsiva, arrebatada, caprichosa. Marie (la nieta) es una mujer que durante la trama va cambiando, al principio es tranquila, hasta cierto punto resignada, un poco sumisa, y que tiende al “deber ser” pero al desarrollarse la trama Marie se transforma.
El vínculo entre ellas es la sangre fogosa y el cultivo de la vainilla, la autora Norma Blanco Maasberg señaló. “Es una novela que a final de cuentas aborda las pasiones humanas de hombres y mujeres, como el amor y el desamor, el deseo carnal, la amistad, el odio, los sueños y anhelos...y aunque es la historia de esas dos mujeres lejanas en el tiempo, pero unidas por la sangre y el aroma de la vainilla, ellas viven la pasión desde dos ángulos muy distintos, aunque finalmente se apreciará que no son tan distintas”.
Amable lector, si puede leer esta obra hágalo, no se va arrepentir.
GRACIAS
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