Familiares de la abogada Edmunda Adela Martínez Velázquez, asesinada por pobladores del estado de Puebla, la acompañaron hasta su última morada en el Panteón Municipal Juan de la Luz Enríquez de Orizaba, no sin antes haber realizado una misa de cuerpo presente.
Entre lágrimas, sus allegados reiteraron su compromiso de limpiar su nombre tras haber sido criminalizada, además de que no permitirán que este crimen quede impune, pues todos, incluidos sus hermanos e hijos, harán justicia.
En punto de las 11:55 horas de este miércoles el ataúd fue retirado de la sala de velación y llevado a la parroquia de Los Dolores, donde ya era esperada por el sacerdote para iniciar la misa.
El párroco dijo que siempre hay que tener una actitud de agradecimiento con Dios, y en este caso se debe de agradecer el tiempo que Edmunda Adela estuvo con su familia, además de que los cristianos no celebran la muerte, sino la vida y con la esperanza de saber que hoy ella vive en presencia del señor.
"Yo sé qué tienes un dolor muy grande por lo que están pasando pero Dios no nos deja, no nos abandona, hoy estas lecturas nos invitan a que en medio de todo nosotros podamos siempre anunciar el gran amor de Dios". Agrego que en medio de su dolor tal vez vean una gran injusticia “pero eso lo juzgará Dios”.
"A nosotros no nos toca hacer justicia, le toca juzgar a Dios y Dios no se equivoca, hará en el juicio que haga a cada uno; que en verdad Dios incida en sus corazones para que puedan perdonar; podrán decir ‘padre, como usted no está pasando con mi dolor me pide eso’, pero quien perdona libera a un prisionero y si tenemos a Dios en nosotros nos damos cuenta que los prisioneros somos nosotros.
“El perdón transforma al que comete un crimen, el perdón cambia al otro que no ha conocido el amor de Dios, por eso a nosotros nos toca con nuestra propia vida testimoniar con nuestros nombres que Dios ha venido no ha contener, sino a salvar".
Posteriormente el féretro partió rumbo al Cementerio Municipal, en donde sus pequeñas hijas portaban fotografías de su madre.
Una vez a su arribo, personal del Ayuntamiento de Orizaba cargaron el ataúd hasta donde descansarán sus restos mortales.
Su hija Erika Martínez dijo que siempre la recordarán como una mujer exitosa, luchadora, amorosa y entregada a su familia; “te amamos mami y siempre te vamos a amar".
Por su parte sus hermanas Cecilia y Abi le dijeron que descansara en paz, pues ellas se encargarán que este crimen no quede impune; además de que sus hijos, los más pequeños, no quedarán desamparados pues todos los cuidarán como si fueran hijos suyos.
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