Para millones de personas, el café no es solo una bebida: es el ritual que marca el inicio del día. Ya sea solo, con un toque de azúcar o acompañado de un chorrito de leche, el café es un imprescindible en los hogares de México. De hecho, nueve de cada diez familias mexicanas tienen algún producto NESCAFÉ en su alacena. Pero ¿te has preguntado cuáles son los ingredientes y procesos detrás de esa taza que te acompaña cada mañana?
NESCAFÉ, una marca insignia de Nestlé, utiliza una mezcla de granos de café arábica y robusta. Estos granos pasan por un cuidadoso proceso de selección, secado, tostado y extracción, dando como resultado un producto 100% café soluble, de origen natural y sin aditivos.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), NESCAFÉ cumple con los estándares establecidos por la norma mexicana NMX-F-139-SCFI-2010, garantizando pureza y calidad. Sus parámetros de humedad, acidez y contenido de cafeína cumplen con la normativa, asegurando que el café no contenga elementos químicos ajenos al producto.
El proceso de elaboración de NESCAFÉ comienza en los cafetales, donde los agricultores recolectan las cerezas de café. Tras el secado, limpieza y clasificación de los granos, solo aquellos que cumplen con los estándares requeridos pasan a la fase de tostado. Es aquí donde se desarrollan los sabores y aromas característicos.
Una vez tostados, los granos se muelen hasta obtener un polvo grueso, que se somete a un proceso de extracción con agua para concentrar sus esencias. Después, el extracto se evapora y seca, eliminando el exceso de agua para transformarlo en un polvo aglomerado que se envasa bajo estrictas medidas higiénicas. Este cuidadoso proceso garantiza que el café conserve su sabor y aroma durante el almacenamiento.
Desde 2010, Nestlé impulsa el Plan NESCAFÉ, una iniciativa global que busca fortalecer la productividad y la sostenibilidad en el sector cafetalero. En México, el programa ha distribuido más de 65 millones de plántulas mejoradas, resistentes a enfermedades y con mayor capacidad productiva.
Asimismo, NESCAFÉ ha impartido más de 45 mil sesiones de capacitación para caficultores y facilitado 10.2 millones de pesos en apoyos crediticios, destinados a la adquisición de herramientas y materiales. Estas acciones no solo mejoran la calidad del café, sino que también generan un impacto positivo en las comunidades productoras.
La próxima vez que prepares tu taza de NESCAFÉ Clásico, recuerda que detrás de su sabor único hay un meticuloso proceso que comienza en los cafetales y culmina en tu alacena. Más que un café, es el resultado de años de tradición, innovación y compromiso con la calidad y el desarrollo de los caficultores mexicanos.
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