En un país donde el efectivo ha sido el rey durante décadas, los pagos digitales se establecen como un auténtico parteaguas. De acuerdo con el Banco de México, 58% de las transacciones realizadas por minoristas durante el pasado 2024 se hicieron a través de métodos electrónicos; esto representó un incremento del 22% respecto a 2020. Este fenómeno visibiliza cómo la tecnología hoy día forma parte de nuestra vida diaria. No obstante, en este artículo nos centraremos en el segmento de los medios de pago, por su importancia en ese día a día.
Uno de los logros más relevantes que se han alcanzado con los pagos digitales es la inclusión. En zonas marginadas, donde solo el 30% de la población puede acceder a servicios bancarios, las apps financieras se erigen como una alternativa que solo necesita un teléfono móvil para poder abrir una cuenta. En este mismo sentido, un plan de desarrollo del gobierno mexicano menciona que las apps financieras han reducido la brecha financiera, especialmente entre mujeres y poblaciones jóvenes.
Además, el pago de servicios básicos de ha simplificado y agilizado gracias a las transferencias SPEI. Actualmente, el 67% de los usuarios urbanos priorizan el uso de aplicaciones de bancos para pagar luz, agua o internet, según datos de la CNBV. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también fomenta la organización de los hábitos financieros.
Aunque hace unos años existía escepticismo hacia prácticamente cualquier operación financiera en línea, las mejoras en ciberseguridad y la solidificación de herramientas de este tipo han generado un notable incremento en la confianza. Parte de esa mejora está relacionada con la presencia de tiendas online de calidad o incluso con los casinos en línea de primer nivel, como los que encontramos en BonusFinder México. Estos sitios no podrían funcionar sin proveedores de pagos de confianza y debidamente certificados, lo que ha llevado a las compañías a apostar claramente por la seguridad.
Por otro lado, la tokenización (que reemplaza datos sensibles con códigos únicos) se ha establecido como un paso casi obligatorio en alrededor del 89% de las fintech mexicanas, según datos obtenidos por Kaspersky. Esto garantiza que, incluso en caso de filtración, la información robada sea inútil para los delincuentes.
Las PYMEs tienen en los pagos digitales una excelente herramienta de crecimiento. Soluciones como Mercado Pago permiten aceptar pagos con tarjetas sin tener que cubrir el costo de las terminales bancarias. Por otra parte, plataformas como Square aportan a los gestores la posibilidad de analizar sus ventas en tiempo real. Como resultado, según un estudio de la AMVO, el 74% de los comercios que adoptaron estas soluciones incrementaron sus ingresos en el último año.
La revolución que se ha detonado a través de los pagos digitales en México se ve sólida y prácticamente imparable. Cada avance presentado democratiza el acceso a servicios financieros, fortalece la economía formal y construye un ecosistema más ágil y transparente, incluso para aquellos que están dando sus primeros pasos en el establecimiento de su negocio o están incursionando en estas tecnologías por primera vez.
Sin embargo, el reto principal sigue siendo el mismo que se ha venido presentando históricamente: la educación. Que proveedores, medios y otros usuarios tengan la capacidad de enseñar a la población a utilizar estas herramientas de manera segura y consciente es clave para poder crear un entorno más benéfico para todos.
Visto a nivel de sociedad, se está presentando antes nosotros una oportunidad única para modernizar nuestra economía, nuestra relación con el dinero y la forma en que estaremos realizando transacciones cotidianas. El futuro se ve bien, ligero y, sobre todo, sin billetes.
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