El presidente López Obrador criticó que, al crearse la Guardia Nacional, recibió acusaciones de querer militarizar el país. Señaló nuevamente a Denise Dresser, Ciro Gómez Leyva y Joaquín López-Dóriga, afirmando que su gobierno no polariza, sino que politiza.
Reiteró que antes existía una "presidencia oligarca" que servía a una minoría.
El jefe del Ejecutivo Federal se quejó de haber heredado problemas en seguridad, salud, educación y en general en todo el país, refiriéndose a la situación como una "mala herencia". Afirmó que el país estaba en bancarrota y sumido en una decadencia. Criticó la forma en que algunos medios de comunicación presentan los altos índices de homicidios en la actualidad sin mostrar el contexto de cómo se recibió el país en materia de seguridad, salud y educación.
López Obrador calificó a los exgobernadores de Tamaulipas como "mediocres" y "ladrones", mientras elogió a los tamaulipecos por elegir a Américo Villarreal, a quien considera una persona íntegra.
Desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto, el presidente exhibió a los expresidentes por permitir el crecimiento de las bandas delictivas.
Destacó que los programas de Bienestar están dando resultados y son fundamentales para lograr la pacificación del país.
Mencionó que se está atendiendo a los familiares de personas desaparecidas y a las víctimas en general, reconociendo el presupuesto asignado a la búsqueda de personas como el más alto en la historia.
Finalmente, el presidente solicitó al subsecretario Encinas que proporcione información sobre estos temas.
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