La Secretaría de Salud del gobierno de México señaló que el síndrome de Asperger en el país afecta a niños en sus capacidades de comunicación y de interacción por lo que se debe evaluar ante los primeros indicios.
El síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del espectro autista , y se caracteriza por dificultades en la comunicación e interacción social; intereses restringidos, conductas repetitivas y alteraciones en la integración sensorial, informó la especialista en paidopsiquiatría de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), Tania Vargas Rizo.
En México, uno de cada 115 niñas y niños presenta algún trastorno del espectro autista que afecta la inclusión psicosocial; por ello, es necesario favorecer el contacto con la familia y las redes de apoyo, ya que con ello mejora su comunicación.
La especialista, adscrita a la Clínica de Autismo del Centro Integral de Salud Mental San Jerónimo (Cisame) de la Conasama, aseguró que las personas con este síndrome presentan dificultades para expresar y entender emociones, bromas, chistes y los mínimos cambios les produce ansiedad.
En entrevista por el Día Mundial del Síndrome de Asperger que se conmemora el 18 de febrero, detalló que las personas, aun cuando tienen una conversación fluida, pueden utilizar un lenguaje muy formal, preciso, técnico y centrado en sus temas de interés.
Asimismo, precisó que los problemas para entender gestos faciales y corporales que regulan la socialización y el poco tacto que expresan al interactuar con personas, les genera dificultades significativas para hacer amistades, convirtiéndose muchas veces en personas solitarias.
Tania Vargas Rizo informó que este síndrome se diagnostica de manera clínica antes de los tres años de vida, y con la identificación completa de los síntomas. El tratamiento debe ser individualizado e integral, con un equipo multidisciplinario, que incluya actividades deportivas y culturales con otras niñas y niños. También es indispensable la participación de la comunidad, la familia y docentes para mejorar el aprendizaje escolar y lograr la inclusión social.
Además, dijo que las y los especialistas deben realizar una evaluación para descartar depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y, si es necesario, prescribir tratamiento farmacológico.
Este trastorno es detectable desde los primeros meses de vida de la niña o el niño, cuando hay poca expresión facial; no sonríe, muestra interés por ver luces fijamente, sensibilidad a ruidos fuertes, falta de respuesta a su nombre, disminución del contacto visual, movimientos estereotipados, aleteo y, a veces, camina de puntas.
Ante estos síntomas, es necesario que la o el bebé sea evaluado por un profesional médico. La Secretaría de Salud cuenta con unidades especializadas que ofrecen atención gratuita. La persona que desee más información puede llamar a la Línea de la Vida 800 911 2000.
La paidosiquiatra indicó que los factores de riesgo son el nacimiento prematuro, hipoxia, sufrimiento fetal, epilepsia, falta de control prenatal, gestación después de los 35 años y antecedentes familiares del síndrome.
En el Cisame San Jerónimo, desde su fundación en el 2008, recibieron atención multidisciplinaria seis mil pacientes con algún TEA, con la participación de especialistas en paidosiquiatría, psicología, rehabilitación física, terapia de comunicación humana e integración sensorial.
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