Cada elección en México es un evento de gran importancia. Involucran millones de boletas impresas; requieren capacitar a decenas de miles de ciudadanos. Hay años donde se vota por presidente; pero este 2025, el Instituto Nacional Electoral (INE) se enfrentó a un proceso inédito: la Elección Judicial.
Organizar elecciones no es una tarea menor. Requiere estructura, recursos y planeación. Pero, ¿cuánto cuesta exactamente?
En 2024, el INE solicitó un presupuesto de 23,757 millones de pesos. Ese monto sirvió para preparar todo lo relacionado con las elecciones federales: logística, capacitación, materiales, supervisión y más. Además, se añadieron 3,568 millones como colchón para posibles consultas o procesos extraordinarios. Se trataba de un proceso federal
Para 2025, la historia cambió. No se eligieron presidentes ni gobernadores, sino algo nunca antes visto: más de 2,600 cargos del Poder Judicial, incluyendo jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte.
El INE pidió 13 mil millones de pesos para enfrentar esta tarea. Le autorizaron 6,219 millones, aunque luego se aprobó una ampliación de 800 millones adicionales, alcanzando los 7,019 millones de pesos.
La respuesta está en los detalles. El tipo de elección define gran parte del gasto. Por ejemplo:
Cada voto tiene un precio. Y no es solo por la papeleta, sino por todo lo que hay detrás: urnas, tinta, seguridad, personal, monitoreo.
Aquí cabe una reflexión. A menudo se cuestiona si se gasta demasiado en elecciones. Pero varios especialistas subrayan que el verdadero problema surge cuando se reducen recursos sin ajustar las funciones.
Aunque ambos procesos fueron distintos, los dos exigieron atención nacional. La elección judicial fue única en su tipo, mientras que la federal de 2024 fue una más en la historia del país.
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