¿Cuáles son los dulces que más se comen en México en Día de Muertos?

 En el Día de Muertos en México, se consumen varios dulces tradicionales que están ligados a esta festividad. Algunos de los más populares incluyen:

1.      Calaveritas de azúcar: Estas pequeñas calaveras están hechas de azúcar, chocolate o amaranto y suelen decorarse con colores vivos. Simbolizan la muerte de manera festiva, y muchas veces llevan el nombre de la persona a quien están dedicadas.

2.      Pan de muerto: Es un pan dulce espolvoreado con azúcar, a menudo aromatizado con azahar y decorado con figuras que representan huesos. Aunque no es estrictamente un dulce, es uno de los alimentos más emblemáticos del Día de Muertos.

3.      Dulces de calabaza: La calabaza en tacha, cocida con piloncillo y canela, es un postre popular en esta época. La calabaza también puede presentarse en forma de dulce o en almíbar.

4.      Dulces de amaranto: Además de las calaveritas de amaranto, se consumen otros dulces de amaranto durante la festividad. Este ingrediente es considerado un "alimento de los dioses" por los antiguos mexicanos y sigue siendo parte de las ofrendas.

5.      Ate y camote: El ate de membrillo o de guayaba y el dulce de camote son también populares en las ofrendas y como bocadillos en esta temporada. Suelen venir en pequeñas porciones o laminados y son dulces típicos de varias regiones de México.

En México, varios dulces tradicionales son esenciales para las ofrendas de Día de Muertos.

En México, varios dulces tradicionales son esenciales para las ofrendas de Día de Muertos.

Entre los más populares están las calaveritas de azúcar, decoradas con vivos colores y hechas con azúcar moldeada; representan a los seres queridos fallecidos y suelen tener el nombre del difunto en la frente.

Otro dulce clásico son los tamalitos de tamarindo, que ofrecen un sabor agridulce con un toque picoso al estar hechos de pulpa de tamarindo, azúcar, chile y limón, envueltos en hojas de maíz.

También destacan las frutas cristalizadas como higos, piña y calabaza, que aportan color y dulzura a los altares, y las cocadas, hechas de coco rallado y horneado.

El jamoncillo de leche, con decoraciones de nuez, es otro dulce típico, junto con las calabazas y camotes en tacha, cocidos en piloncillo y agua, que le dan ese color oscuro y sabor dulce característico de las ofrendas