Con música popular mexicana interpretada por La Banda Donají, de la comunidad zapoteca de Villa Hidalgo Yalalag, Oaxaca, la bandera tricolor ondeando a media hasta, el olor a copal y el color de la flor de cempasúchil y los tapetes de aserrín, este lunes se cabo la Ceremonia Tradicional Wixárika de Limpia, por integrantes de la comunidad indígena de Mexquitic, Jalisco, con la que concluyó la celebración de Día de Muertos y el homenaje a las víctimas del Covid-19, realizada en el Patio Central, de Palacio Nacional.
Este ritual comenzó con una oración, en lengua tzeltal, la bendición del tabaco y una breve danza en agradecimiento a la vida, acompañada de la luz de las velas encendidas. Estos rezos fueron para pedir por el bienestar y la protección del pueblo de México.
Posteriormente, dio inicio una pequeña reseña de lo que es la ceremonia tradicional wixárika de limpia, encabezada por el líder espiritual, Juan Encinos, quien hizo partícipes a todos los representantes de los pueblos indígenas presentes.
Cabe mencionar que dicha ceremonia es originaria del municipio de Oxchuc, Chiapas, y su realización lleva aproximadamente tres horas.
El sábado 31 de octubre, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, encabezó el homenaje denominado “Una flor para cada alma, iniciando así los tres días de luto en honor a las víctimas de la pandemia de Covid-19”.
Acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, se realizó una “limpia” y recorrió las 20 ofrendas que montaron diversos grupos indígenas, originarios de cuatro zonas del país: oriente y costa del golfo; norte y centro norte; occidente y sur; sur y sureste.
Veracruz estuvo presente con un altar totonaco, adornado con estrellas tejidas con hojas de palma; en su arco colgaban frutas y, sobre la mesa se encontraban panes, jarros con chocolate, tamales y diversos guisos como: pipián, mole, caldos y una gran variedad de frutas de la temporada como yuca, calabaza y camotes. Al pie de la ofrenda las flores de cempoalxóchitl y de terciopelo le daban vida y color, que se mezclaba con el humo del incienso y la luz de las veladoras.
La noche del domingo 1 de noviembre, fueron encendidas mil velas para iluminar el camino de las almas de los más de 90 mil fallecidos por Covid-19 en México y el recuerdo de los fieles difuntos.
Como parte de la ceremonia tradicional denominada Mihcaulhuitl, realizada por representantes del pueblo nahua de la Sierra Norte de Puebla, con el repicar de una campana se hizo el llamado a cada una de las almas que trascendió la vida terrenal para guiarlas a los altares montados con flores y diversos platillos típicos de cada región del país que se hicieron en su memoria y, que este año fueron albergados en el Patio Central de Palacio Nacional.
Los representantes de los 20 pueblos indígenas que estuvieron presentes, a través de sus altares, agradecieron al Presidente Andrés Manuel López Obrador el haber incorporado la diversidad multicultural de sus comunidades en esta ofrenda en honor a los fieles difuntos y a quienes lucharon hasta el último momento contra el coronavirus.
El presidente Andrés Manuel López Obrador decretó tres días de luto en memoria de los fieles difuntos y de las víctimas por la pandemia del SARS-Cov-2, por lo que al ser “días de guardar” este lunes no ofreció su habitual conferencia matutina; sus actividades oficiales se retomarán este miércoles 3 de noviembre.
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