Una alerta sanitaria fue emitida recientemente por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), tras detectarse en el país la comercialización no autorizada de una vacuna utilizada para prevenir el virus del papiloma humano (VPH).
El producto en cuestión, Gardasil 9®, de tipo recombinante y nonavalente, habría sido puesto en circulación a través de medios no convencionales como plataformas digitales, redes sociales e incluso algunas farmacias sin validación sanitaria.
Según lo informado por la propia Cofepris, fue la empresa Merck Sharp & Dohme Comercializadora, responsable de distribuir Gardasil 9® en México, quien notificó irregularidades en su venta y distribución.
Señalan que, lo preocupante es que estos lotes, independientemente de su número o fecha de caducidad, es que carecen de autorización legal para su uso dentro del territorio nacional.
No solo se trataría de una violación a la normativa sanitaria, sino también de un riesgo directo a la salud pública, ya que no se garantiza que estos productos hayan sido conservados adecuadamente o elaborados bajo estándares certificados.
Cuando una vacuna no cuenta con registro ni autorización de Cofepris, su composición, estabilidad y eficacia no pueden ser verificadas. Por tanto, administrarla puede resultar perjudicial: desde efectos adversos impredecibles, hasta la falsa sensación de protección inmunológica
La autoridad sanitaria fue clara al respecto. Emitió un conjunto de medidas preventivas dirigidas tanto a la ciudadanía como a profesionales del sector para evitar un problema de salud pública:
En cuanto a distribuidores y puntos de venta, Cofepris fue enfática: todos los productos deben adquirirse únicamente a través de distribuidores autorizados y con la documentación que lo acredite. Quien tenga almacenado producto sospechoso debe inmovilizarlo de inmediato y contactar a la dependencia federal.
En tanto la Cofepris no autorice el ingreso y distribución legal de Gardasil 9® en México, ningún canal de venta podrá ofrecerla sin incurrir en una falta. Y para el consumidor, el consejo no cambia: ante la duda, abstente y consulta a un profesional.
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