Cada año hay una creciente presencia de plásticos en los océanos del mundo y aunque en principio los primeros afectados son las especies marinas la realidad es que también repercute en los mismos humanos que llevan estos materiales al mar.
La Secretaría del Medio Ambiente del gobierno de México indicó que el problema que entraña la existencia del plástico de un solo uso, es la profusa utilización de estos es debido a la extrema facilidad con que se obtienen y desechan ha impedido crear conciencia sobre lo perjudicial de su presencia en suelos, ríos, lagos, mares y océanos, en las cumbres más altas y hasta en los abismos de prácticamente todo el planeta.
Reconocieron que de poco ha valido difundir fotografías y videos de lo que representan las bolsas de plástico para la fauna marina, pues pese a ser testigos virtuales de escenas aberrantes que muestran los estómagos de peces, tortugas, aves y mamíferos marinos, entre otras especies, repletos de bolsas de plástico y otros objetos del mismo material, las dramáticas imágenes parecen no hacer mella en la conciencia de la población en general.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las bolsas de plástico tardan más de 500 años en degradarse. La cifra representa una carrera contra el tiempo porque se calcula que cada persona gasta en promedio unas 230 bolsas de plástico al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo que, al no ser reciclables, quedan por doquier perjudicando a todo ser viviente.
El organismo multilateral calcula que a los océanos llegan cerca de 12 millones de toneladas de plásticos cada año, por lo cual crece la amenaza para los océanos y las especies marinas, pues se ha encontrado que uno de cada seis peces que se adquieren en las pescaderías contiene microplásticos en sus estómagos.
De esa manera, el plástico llega a la mesa y es consumido por las personas. Diversos estudios muestran que los microplásticos han llegado a nuestro torrente sanguíneo, pues en Países Bajos y el Reino se han encontrado en la sangre de donadores y en los pulmones de pacientes quirúrgicos, indica un artículo publicado por National Geographic.
Otros videos ponen ante nuestros ojos las costas de los mares con islas de basura plástica, entre la que sobresalen toneladas de bolsas que navegaron desde otros continentes llevadas por las corrientes marinas. En nuestro mar Caribe recalan grandes volúmenes de esos materiales.
Aunque la percepción general es que en México se ha reducido el uso de las bolsas de plástico porque algunas tiendas de autoservicio han prescindido de entregar su mercancía dentro de estos materiales, no sucede lo mismo en tianguis, mercados y pequeños comercios donde se reparten sin límites, y son pocos los consumidores que llevan sus propias bolsas reutilizables de tela de algodón, yute o ixtle.
Si queremos reducir ese flagelo, es recomendable llevar siempre con nosotros una o varias bolsas de tela plegable que ocupan muy poco espacio, pues es frecuente hacer una compra imprevista, recomienda ONU Medio Ambiente, y dice: “Si no llevas bolsa y te ofrecen una en la tienda, piensa realmente si la necesitas. Quizás lo que has comprado pueda caber en tu bolso, cartera o mochila. No la aceptes de manera automática”.
Puedes también reutilizar las bolsas que ya recibiste para hacer una compra, como bolsa de basura o para recoger las heces de los animales de compañía y depositar las bolsas rotas en el contenedor de los plásticos.
Al final se destacó la responsabilidad de reducir el uso de las bolsas de un solo uso, reflexionemos en el impacto que las bolsas de plástico causan en los ecosistemas.
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