Estamos a tan solo unos días del Día de San Valentín, fecha en la que es bastante recurrente que los enamorados busquen dar el siguiente gran primer paso en su relación. Y finalmente comprometerse.
Debido a que en esta temporada el amor se encuentra en el aire y los sentimientos están más a flor de piel.
Cualquier momento puede ser el ideal para entregarle el anillo a esa persona que tanto amas, pero es importante conocer que existen algunas fechas que podrían ser las menos ideales para pedirle matrimonio a tu pareja.
Por esa razón hoy te compartimos cuatro momentos en los que es mejor quedarse con las ganas de hacer la pregunta y planear hacerlo en otro momento.
Lo sabemos ¿Quién elegiría un momento tan triste para proponerle matrimonio a su pareja? La realidad es que existen quienes debido a la gran cantidad de emociones que se experimentan en ese momento, han recurrido a pedir matrimonio bajo estas circunstancias.
Sin embargo, hacer una propuesta en un funeral o aniversario luctuoso, no es lo mejor ya que el momento se puede llenar de una gran carga negativa además de que la situación se puede tornar incómoda.
San Valentín es la fecha en la que mayormente se llevan a cabo propuestas de matrimonio; debido a que es considerada la temporada del amor. Sin embargo, precisamente esta es la principal razón por la que muchas parejas buscan evitar comprometerse este día.
Para muchos pedir matrimonio el 14 de febrero, no es la mejor idea e incluso puede caer en un cliché y carecer de originalidad.
Realizar una propuesta de matrimonio en la boda de una pareja ajena, es un total desacierto e incluso este acto puede ser considerado una gran falta de respeto para la pareja que decidió invitarte a festejar uno de los mejores momentos de su vida.
Una boda es un momento único y especial en el que solo dos deben ser los protagonistas y hacer esa pregunta en pleno evento, se puede corre el riesgo de robar la atención de los invitados y acaparar el momento de los novios.
Al igual que en las bodas, hacer una propuesta de matrimonio en medio de un momento especial como una graduación, titulaciones o cualquier otro puede ser considerado grosero y hasta cierto punto puede eclipsar el momento de la otra persona, haciendo que la situación se vuelva incómoda para todos los presentes.
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