Cada año, millones de familias se reúnen en el mes de junio para rendir homenaje a los padres. Pero ¿de dónde surge esta tradición? Aunque hoy es una fecha muy popular en muchos países, el Día del Padre tiene una historia particular que comenzó hace más de un siglo en Estados Unidos.
Todo se remonta a 1909. En Spokane, Washington, Sonora Smart Dodd escuchó un sermón dedicado a las madres, lo que despertó una duda: ¿y los padres, especialmente los que cumplen una doble función? Su papá, William Jackson Smart, había cuidado de ella y de sus cinco hermanos sin ayuda, tras la muerte de su esposa. Era, además, veterano de guerra.
Sonora, movida por la gratitud, decidió que debía existir un día especial para agradecer a los padres. Así impulsó la primera celebración, que tuvo lugar el 19 de junio de 1910, justo en el mes en que naciera su padre. No fue un movimiento masivo de inmediato, pero eventualmente caló en la población.
Pasaron décadas. La idea no desapareció, pero tampoco logró institucionalizarse de forma rápida. Fue hasta 1924 cuando el presidente Calvin Coolidge respaldó la iniciativa públicamente. Aunque no firmó decreto alguno, su apoyo fue simbólicamente importante.
Después, en los años sesenta, el contexto cambió. En 1966, el presidente Lyndon B. Johnson firmó una proclamación que colocaba la celebración el tercer domingo de junio. Esa fue la primera vez que se definió una fecha fija.
Pero no sería hasta 1972, ya bajo el gobierno de Richard Nixon, cuando se formalizó legalmente el Día del Padre como festividad nacional en Estados Unidos. Desde entonces, cada año, junio acoge esta conmemoración.
En sus inicios, había un claro tinte religioso. La idea se promovía desde los púlpitos y las iglesias la respaldaban. Hoy, sin embargo, el Día del Padre se ha expandido como una jornada universal de gratitud, sin importar creencias, estructuras familiares o estilos de crianza.
Papás biológicos, padrastros, abuelos que crían, madres que también hacen de padre. Cada quien, en su contexto, encuentra motivos para dedicar ese día a quien ha sido guía, sostén y presencia firme.
Este 2024, la celebración cae el domingo 16 de junio. No se trata de regalos costosos ni de campañas comerciales. La esencia, si uno vuelve al origen, está en reconocer el esfuerzo, muchas veces silencioso, de quien ha estado al pie del cañón.
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